Talált 77 Eredmények: árboles

  • Los árboles dijeron a la vid: "Ven tú, reina sobre nosotros." (Jueces 9, 12)

  • Les respondió la vid: "¿Voy a renunciar a mi mosto, el que alegra a los dioses y a los hombres, para ir a vagar por encima de los árboles?" (Jueces 9, 13)

  • Todos los árboles dijeron a la zarza: "Ven tú, reina sobre nosotros." (Jueces 9, 14)

  • La zarza respondió a los árboles: "Si con sinceridad venís a ungirme a mí para reinar sobre vosotros, llegad y cobijaos a mi sombra. Y si no es así, brote fuego de la zarza y devore los cedros del Líbano."» (Jueces 9, 15)

  • Así pues, ordena que se corten para mí cedros del Líbano. Mis servidores estarán con tus servidores: te pagaré como salario de tus servidores todo lo que me digas, pues tú sabes que no hay nadie entre nosotros que sepa talar los árboles como los sidonios.» (I Reyes 5, 20)

  • Se fue con ellos y llegando al Jordán se pusieron a cortar los árboles. (II Reyes 6, 4)

  • Griten de júbilo los árboles de los bosque ante Yahveh, pues viene a juzgar la tierra. (I Crónicas 16, 33)

  • Envíame también madera de cedro, de ciprés y algummim del Líbano; pues bien sé que tus siervos saben talar los árboles del Líbano, y mis siervos trabajarán con tus siervos, (II Crónicas 2, 7)

  • Daré para el sustento de tus siervos, los taladores de los árboles, 20.000 cargas de trigo, 20.000 cargas de cebada, 20.000 medidas de vino y 20.000 medidas de aceite.» (II Crónicas 2, 9)

  • En cuanto lo oyeron, hicieron pregonar en todas las ciudades y en Jerusalén: «Salid al monte y traed ramas de olivo, de pino, de mirto, de palmera y de otros árboles frondosos, para hacer cabañas conforme a lo escrito.» (Nehemías 8, 15)

  • Ciudades fuertes conquistaron y una tierra generosa; y heredaron casas de toda suerte de bienes rebosantes, cisternas ya excavadas, viñas y olivares, árboles frutales sin medida: comieron, se saciaron, engordaron, se deleitaron en tus inmensos bienes. (Nehemías 9, 25)

  • y traer cada año a la Casa de Yahveh las primicias de nuestro suelo y las primicias de los frutos de todos los árboles, (Nehemías 10, 36)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina