Talált 171 Eredmények: volvió

  • Entonces Samuel volvió en compañía de Saúl, y este se postró delante del Señor. (I Samuel 15, 31)

  • Cuando David volvió de matar al filisteo, Abner lo llevó a la presencia de Saúl con la cabeza del filisteo en la mano. (I Samuel 17, 57)

  • Al enterarse de esto, Saúl envió otros emisarios, pero también ellos entraron en trance. Por tercera vez, Saúl volvió a enviar emisarios, y también ellos entraron en trance. (I Samuel 19, 21)

  • Luego gritó otra vez detrás de él: "¡Rápido, apúrate, no te quedes parado!". El servidor recogió la flecha y volvió adonde estaba su señor, (I Samuel 20, 38)

  • En seguida David partió, y Jonatán volvió a la ciudad. (I Samuel 21, 1)

  • Entonces el rey dijo a Doeg: "Vuélvete y mátalos tú". Doeg se volvió y acometió contra los sacerdotes: así mató aquel día a ochenta y cinco hombres que vestían el efod de lino. (I Samuel 22, 18)

  • Cuando Saúl volvió de perseguir a los filisteos, le dieron esta noticia: "David está en el desierto de Engadí". (I Samuel 24, 2)

  • Después de la muerte de Saúl, David volvió de derrotar a los amalecitas y permaneció dos días en Siquelag. (II Samuel 1, 1)

  • Después de esto, David consultó al Señor, diciendo: "¿Debo subir a una de las ciudades de Judá?". El Señor le respondió: "Sí, sube". David volvió a preguntar: "¿Adónde subiré?". "A Hebrón", le respondió el Señor. (II Samuel 2, 1)

  • Su marido la acompañó y fue llorando detrás de ella hasta Bajurím. Pero Abner le dijo: "¡Vamos, vuélvete!". Y él se volvió. (II Samuel 3, 16)

  • David adquirió gran renombre cuando volvió de derrotar a dieciocho mil arameos en el valle de la Sal. (II Samuel 8, 13)

  • Cuando los amonitas vieron que los arameos habían huido, también ellos huyeron delante de Abisai y entraron en la ciudad. Joab, por su parte, suspendió su campaña contra los amonitas y volvió a Jerusalén. (II Samuel 10, 14)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina