Talált 556 Eredmények: siempre
Solamente deseamos que cada uno muestre siempre el mismo celo para asegurar el cumplimiento de su esperanza. (Hebreos 6, 11)
allí mismo donde Jesús entró por nosotros, como precursor, convertido en Sumo Sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec. (Hebreos 6, 20)
De él no se menciona ni padre ni madre ni antecesores, ni comienzo ni fin de su vida: así, a semejanza del Hijo de Dios, él es sacerdote para siempre. (Hebreos 7, 3)
De él se ha atestiguado: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec. (Hebreos 7, 17)
Jesús lo fue con un juramento, el de aquel que le dijo: Juró el Señor y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre. (Hebreos 7, 21)
pero Jesús, como permanece para siempre, posee un sacerdocio inmutable. (Hebreos 7, 24)
Él no tiene necesidad, como los otros sumos sacerdotes, de ofrecer sacrificios cada día, primero por sus pecados, y después por los del pueblo. Esto lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. (Hebreos 7, 27)
La Ley, en efecto, establece como sumos sacerdotes a hombres débiles; en cambio, la palabra del juramento -que es posterior a la Ley- establece a un Hijo que llegó a ser perfecto para siempre. (Hebreos 7, 28)
Dentro de este ordenamiento, los sacerdotes entran siempre al primer recinto para celebrar el culto. (Hebreos 9, 6)
De lo contrario, no se hubieran ofrecido más esos sacrificios, porque los que participan de ellos, al quedar purificados una vez para siempre, ya no tendrían conciencia de ningún pecado. (Hebreos 10, 2)
Y en virtud de esta voluntad quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha de una vez para siempre. (Hebreos 10, 10)
Cristo, en cambio, después de haber ofrecido por los pecados un único Sacrificio, se sentó para siempre a la derecha de Dios, (Hebreos 10, 12)