Talált 37 Eredmények: resurrección

  • desde el bautismo de Juan hasta el día de la ascensión, sea constituido junto con nosotros testigo de su resurrección». (Hechos 1, 22)

  • Por eso previó y anunció la resurrección del Mesías, cuando dijo que no fue entregado al Abismoni su cuerpo sufrió la corrupción. (Hechos 2, 31)

  • irritados de que predicaran y anunciaran al pueblo la resurrección de los muertos cumplida en la persona de Jesús. (Hechos 4, 2)

  • Los Apóstoles daban testimonio con mucho poder de la resurrección del Señor Jesús y gozaban de gran estima. (Hechos 4, 33)

  • no a todo el pueblo, sino a testigos elegidos de antemano por Dios: a nosotros, que comimos y bebimos con él, después de su resurrección. (Hechos 10, 41)

  • Incluso, algunos filósofos epicúreos y estoicos dialogaban con él. Algunos comentaban: «¿Qué estará diciendo este charlatán?», y otros: «Parece ser un predicador de divinidades extranjeras», porque Pablo anunciaba a Jesús y la resurrección. (Hechos 17, 18)

  • Al oír las palabras «resurrección de los muertos», unos se burlaban y otros decían: «Otro día te oiremos hablar sobre esto». (Hechos 17, 32)

  • Pablo, sabiendo que había dos partidos, el de los saduceos y el de los fariseos, exclamó en medio del Sanedrín: «Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos, y ahora me están juzgando a causa de nuestra esperanza en la resurrección de los muertos». (Hechos 23, 6)

  • Porque los saduceos niegan la resurrección y la existencia de los ángeles y de los espíritus; los fariseos, por el contrario, admiten una y otra cosa. (Hechos 23, 8)

  • y tengo la misma esperanza en Dios que ellos tienen: la esperanza de que habrá una resurrección de justos y pecadores. (Hechos 24, 15)

  • A no ser que se trate de lo único que dije, puesto de pie en medio de ellos: "Hoy ustedes me juzgan a causa de la resurrección de los muertos"». (Hechos 24, 21)

  • y constituido Hijo de Dios con poder según el Espíritu santificador, por su resurrección de entre los muertos. (Romanos 1, 4)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina