Talált 219 Eredmények: pérdida del arca

  • Así, aquellos que a causa de los sortilegios se habían vuelto totalmente incrédulos, ante la pérdida de sus primogénitos, confesaron que ese pueblo era hijo de Dios. (Sabiduría 18, 13)

  • Y cuando ustedes se hayan multiplicado y fructificado en el país, en aquellos días -oráculo del Señor- ya no se hablará más del Arca de la Alianza del Señor, ni se pensará más en ella; no se la recordará, ni se la echará de menos, ni se la volverá a fabricar. (Jeremías 3, 16)

  • Gaza se rapó la cabeza, Ascalón está perdida. Asdod, resto de los anaquitas, ¿hasta cuándo te harás incisiones? (Jeremías 47, 5)

  • Al ver que nada podía esperar, que su esperanza estaba perdida, tomó a otro de sus cachorros e hizo de él un león. (Ezequiel 19, 5)

  • No han fortalecido a la oveja débil, no han curado a la enferma, no han vendado a la herida, no han hecho volver a la descarriada, ni han buscado a la que estaba perdida. Al contrario, las han dominado con rigor y crueldad. (Ezequiel 34, 4)

  • Buscaré a la oveja perdida, haré volver a la descarriada, vendaré a la herida y curaré a la enferma, pero exterminaré a la que está gorda y robusta. Yo las apacentaré con justicia. (Ezequiel 34, 16)

  • ¡Samaría está completamente perdida! Su rey es como una astilla sobre la superficie de las aguas. (Oseas 10, 7)

  • Porque yo voy a suscitar en el país un pastor que no se preocupará de la oveja perdida, ni buscará a la extraviada, ni curará a la herida, ni alimentará a la sana, sino que comerá la carne de las más gordas y les arrancará hasta las pezuñas. (Zacarías 11, 16)

  • En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta que Noé entró en el arca; (Mateo 24, 38)

  • La gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca y llegó el diluvio, que los hizo morir a todos. (Lucas 17, 27)

  • Pero todo lo que hasta ahora consideraba una ganancia, lo tengo por pérdida, a causa de Cristo. (Filipenses 3, 7)

  • Allí estaban el altar de oro para los perfumes y el Arca de la Alianza, toda recubierta de oro, en la cual había un cofre de oro con el maná, la vara de Aarón que había florecido y las Tablas de la Alianza. (Hebreos 9, 4)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina