Talált 730 Eredmények: naciones derrotadas por josué 12
Ahora se han reunido contra ti numerosas naciones, que dicen: "¡Que sea profanada, para que nuestros ojos se regocijen a la vista de Sión!". (Miqueas 4, 11)
Entonces, el resto de Jacob será entre las naciones, en medio de pueblos numerosos, como un león entre los animales de la selva, como un cachorro de león entre los rebaños: cuando él pasa, pisotea y destroza, sin que nadie pueda librar. (Miqueas 5, 7)
¡Y me vengaré con ira y furor de las naciones que no hayan obedecido! (Miqueas 5, 14)
Las naciones verán y se avergonzarán de todo su poderío; se taparán la boca con la mano y quedarán sordos sus oídos. (Miqueas 7, 16)
Por las muchas prostituciones de la prostituta llena de encanto, maestra en sortilegios, que esclavizaba a naciones y tribus con sus prostituciones y sortilegios, (Nahún 3, 4)
¡aquí estoy contra ti! -oráculo del Señor de los ejércitos-. Te descubriré las faldas hasta el rostro, mostraré a las naciones tu desnudez y a los reinos tu infamia. (Nahún 3, 5)
Miren a las naciones y observen, asómbrense y queden pasmados, porque en estos días realizaré una obra que si se la contaran, no la creerían. (Habacuc 1, 5)
¡Ciertamente, la riqueza es traidora, y el hombre presuntuoso no subsistirá, el que dilata su garganta como el Abismo y es insaciable como la Muerte, el que reúne para sí a todas las naciones y acapara para él a todos los pueblos! (Habacuc 2, 5)
Por haber despojado a numerosas naciones, lo que resta de esos pueblos te despojará a ti, a causa de la sangre humana derramada y de la violencia contra el país, contra la ciudad y todos sus habitantes. (Habacuc 2, 8)
¿No proviene del Señor de los ejércitos que sólo para el fuego se fatiguen los pueblos y las naciones se extenúen por nada? (Habacuc 2, 13)
Él se detiene, y hace vacilar la tierra, mira, y hace estremecer a las naciones. ¡Se desmoronan las montañas eternas, se hunden las colinas antiguas, sus caminos de siempre! (Habacuc 3, 6)
Con furia recorres la tierra, con ira pisoteas las naciones. (Habacuc 3, 12)