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Entonces quedará en libertad junto con sus hijos, volverá a su familia y regresará a la propiedad de sus padres. (Levítico 25, 41)
También podrán adquirirlos entre los hijos y familiares de los extranjeros que residan entre ustedes, entre aquellos que hayan nacido en Israel. Ellos serán propiedad de ustedes, (Levítico 25, 45)
Si un extranjero que reside junto a ti llega a prosperar, y tu hermano, en cambio, se queda en la miseria y tiene que venderse a ese extranjero o a un descendiente de la familia de un extranjero, (Levítico 25, 47)
Cinco de ustedes perseguirán a cien, y cien a diez mil; y sus enemigos caerán bajo la espada delante de ustedes. (Levítico 26, 8)
yo, a mi vez, los trataré de la misma manera: haré que el terror los domine -la debilidad y la fiebre que consumen los ojos y desgastan la vida-. En vano plantarán sus semillas, porque las comerán sus enemigos. (Levítico 26, 16)
Humillaré esa enorme soberbia, haciendo que el cielo sea para ustedes como hierro y la tierra como bronce. (Levítico 26, 19)
Pero yo también me pondré contra ellos y los llevaré al país de sus enemigos. Así se humillará su corazón incircunciso y pagarán sus culpas. (Levítico 26, 41)
Si un hombre consagra al Señor algún terreno de su propiedad, este será tasado según la cantidad de semilla que se pueda sembrar en él: cincuenta siclos de plata por cada cuatrocientos kilos de semilla de cebada. (Levítico 27, 16)
Hagan un censo de toda la comunidad de los israelitas, por clanes y por familias, anotando uno por uno los nombres de todos los varones. (Números 1, 2)
Para ello contarán con la ayuda de un jefe de familia por cada tribu. (Números 1, 4)
y convocaron a la comunidad el primer día del segundo mes. Entonces todos se inscribieron por clanes y por familias, y se fueron anotando uno por uno los nombres de los que tenían más de veinte años. (Números 1, 18)
Los resultados fueron los siguientes: En la lista de los descendientes de Rubén, el primogénito de Israel, por clanes y por familias -una vez anotados uno por uno los nombres de todos los varones que tenían más de veinte años, o sea, de los aptos para la guerra- (Números 1, 20)