Talált 1139 Eredmények: medio-hermano

  • Dejemos entonces de juzgarnos mutuamente; traten más bien de no poner delante de su hermano nada que lo haga tropezar o caer. (Romanos 14, 13)

  • Si por un alimento, afliges a tu hermano, ya no obras de acuerdo con el amor. ¡No permitas que por una cuestión de alimentos se pierda aquel por quien murió Cristo! (Romanos 14, 15)

  • Lo mejor es no comer carne ni beber vino ni hacer nada que pueda escandalizar a tu hermano. (Romanos 14, 21)

  • y para que los paganos glorifiquen a Dios por su misericordia. Así lo enseña la Escritura cuando dice: Yo te alabaré en medio de las naciones, Señor, y cantaré en honor de tu Nombre. (Romanos 15, 9)

  • Finalmente, les envían saludos Erasto, el tesorero de la ciudad y nuestro hermano Cuarto. (Romanos 16, 24)

  • y que ahora se ha manifestado! Este es el misterio que, por medio de los escritos proféticos y según el designio del Dios eterno, fue dado a conocer a todas las naciones para llevarlas a la obediencia de la fe. (Romanos 16, 26)

  • Pablo, llamado a ser Apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, (I Corintios 1, 1)

  • Dios nos reveló todo esto por medio del Espíritu, porque el Espíritu lo penetra todo, hasta lo más íntimo de Dios. (I Corintios 2, 10)

  • Después de todo, ¿quién es Apolo, quién es Pablo? Simples servidores, por medio de los cuales ustedes han creído, y cada uno de ellos lo es según lo que ha recibido del Señor. (I Corintios 3, 5)

  • la obra de cada uno aparecerá tal como es, porque el día del Juicio, que se revelará por medio del fuego, la pondrá de manifiesto; y el fuego probará la calidad de la obra de cada uno. (I Corintios 3, 13)

  • porque a los de afuera los juzga Dios. Expulsen al perverso de en medio de ustedes. (I Corintios 5, 13)

  • ¡Un hermano pleitea con otro, y esto, delante de los que no creen! (I Corintios 6, 6)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina