Talált 13 Eredmények: maldiciones

  • Entonces el sacerdote consignará por escrito estas maldiciones y las disolverá en las aguas amargas. (Números 5, 23)

  • Pero si no escuchas la voz del Señor, tu Dios, y no te empeñas en practicar todos los mandamientos y preceptos que hoy te prescribo, caerán sobre ti y te alcanzarán todas estas maldiciones: (Deuteronomio 28, 15)

  • Todas estas maldiciones caerán sobre ti, te perseguirán y te alcanzarán hasta exterminarte, por no haber escuchado la voz del Señor, tu Dios, observando los mandamientos y los preceptos que él te prescribió. (Deuteronomio 28, 45)

  • Por eso el Señor se irritó contra este país y atrajo sobre él todas las maldiciones consignadas en este Libro. (Deuteronomio 29, 26)

  • Y él hará caer todas estas maldiciones sobre tus enemigos y sobre los adversarios que te hayan perseguido. (Deuteronomio 30, 7)

  • Cuando el rey llegaba a Bajurím salió de allí un hombre del mismo clan que la casa de Saúl, llamado Simei, hijo de Guerá. Mientras salía, iba lanzando maldiciones, (II Samuel 16, 5)

  • David siguió con sus hombres por el camino, mientras Simei iba por la ladera de la montaña, al costado de él; y a medida que avanzaba, profería maldiciones, arrojaba piedras y levantaba polvo. (II Samuel 16, 13)

  • Así habla el Señor: Yo voy a traer una desgracia sobre este lugar y sobre sus habitantes, cumpliendo así todas las maldiciones escritas en el libro que han leído ante el rey de Judá. (II Crónicas 34, 24)

  • Su boca está llena de maldiciones, de engaños y de violencias; detrás de sus palabras hay malicia y opresión; (Salmos 10, 7)

  • Los defensores, confiados en la solidez inexpugnable de la plaza fuerte, proferían blasfemias y maldiciones. (II Macabeos 10, 34)

  • Los sitiados, confiando en la solidez de las murallas y en la reserva de víveres, trataban despectivamente a los hombres de Judas, insultándolos y profiriendo blasfemias y maldiciones. (II Macabeos 12, 14)

  • El que da al pobre no conocerá la indigencia, pero al que cierra los ojos lo llenarán de maldiciones. (Proverbios 28, 27)


“Agradeça sempre ao Pai eterno por sua infinita misericórdia”. São Padre Pio de Pietrelcina