Talált 28 Eredmények: levantará
Los ancianos de su casa le insistieron para que se levantara del suelo, pero él se negó y no quiso comer nada con ellos. (II Samuel 12, 17)
Por eso, así habla el Señor acerca del rey de Asiria: Él no entrará en esta ciudad, ni le lanzará una flecha; no la enfrentará con el escudo, ni levantará contra ella un terraplén. (II Reyes 19, 32)
El espíritu de un hombre lo sostiene en su enfermedad, pero ¿quién levantará a un espíritu abatido? (Proverbios 18, 14)
porque el justo, aunque caiga siete veces, se levantará, mientras que los malvados se hunden en la desgracia. (Proverbios 24, 16)
un viento impetuoso se levantará contra ellos y los aventará como un huracán. Así la iniquidad devastará toda la tierra y la maldad derribará los tronos de los poderosos. (Sabiduría 5, 23)
¿Quién podrá decirte: "¿Qué has hecho?". ¿Quién se opondrá a tu sentencia? ¿Quién te hará algún cargo por destruir a las naciones que tú creaste? ¿Quién se levantará contra ti como vengador de los injustos? (Sabiduría 12, 12)
Después, él se levantará para retribuirles y pondrá sobre sus cabezas la recompensa merecida. (Eclesiástico 17, 23)
Él será juez entre las naciones y árbitro de pueblos numerosos. Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra. (Isaías 2, 4)
¿Se gloría el hacha contra el leñador? ¿Se envanece la sierra contra el que la maneja? ¡Como si el bastón manejara al que lo empuña y el palo levantara al que no es un leño! (Isaías 10, 15)
Él levantará un emblema para las naciones, reunirá a los deportados de Israel y congregará a los dispersos de Judá, desde los cuatro puntos cardinales. (Isaías 11, 12)
A pesar de todo, el Señor espera para apiadarse de ustedes; a pesar de todo, él se levantará para tenerles compasión: porque el Señor es un Dios de justicia. ¡Felices todos los que esperan en él! (Isaías 30, 18)
Por eso, así habla el Señor acerca del rey de Asiria: Él no entrará en esta ciudad, no le lanzará una flecha, no la enfrentará con el escudo, ni levantará contra ella un terraplén. (Isaías 37, 33)
