Talált 477 Eredmények: horno de fuego

  • que los precedía durante la marcha para buscarles un lugar donde acampar: de noche en el fuego, mostrándoles el camino que debían seguir, y de día en la nube. (Deuteronomio 1, 33)

  • Ustedes se acercaron y permanecieron al pie de la montaña, mientras la montaña ardía envuelta en un fuego que se elevaba hasta lo más alto del cielo, entre negros nubarrones y una densa oscuridad. (Deuteronomio 4, 11)

  • El Señor les habló desde el fuego, y ustedes escuchaban el sonido de sus palabras, pero no percibían ninguna figura: sólo se oía la voz. (Deuteronomio 4, 12)

  • Tengan cuidado de ustedes mismos. Cuando el Señor les habló desde el fuego, en el Horeb, ustedes no vieron ninguna figura. (Deuteronomio 4, 15)

  • A ustedes, en cambio, los tomó y los hizo salir de Egipto -ese horno donde se funde el hierro- para que fueran el pueblo de su herencia, como lo son en el día de hoy. (Deuteronomio 4, 20)

  • Porque el Señor, tu Dios, es un fuego devorador, un Dios celoso. (Deuteronomio 4, 24)

  • ¿Qué pueblo oyó la voz de Dios que hablaba desde el fuego, como la oíste tú, y pudo sobrevivir? (Deuteronomio 4, 33)

  • Él te hizo oír su voz desde el cielo para instruirte; en la tierra te mostró su gran fuego, y desde ese fuego tú escuchaste sus palabras. (Deuteronomio 4, 36)

  • En la montaña les habló cara a cara, desde el fuego, (Deuteronomio 5, 4)

  • mientras yo hacía de intermediario entre el Señor y ustedes para anunciarles su palabra, porque ustedes, atemorizados por el fuego, no habían subido a la montaña. El Señor dijo: (Deuteronomio 5, 5)

  • Estas son las palabras que el Señor les dirigió en la montaña, cuando todos ustedes estaban reunidos. Él les habló con voz potente, desde el fuego, la nube y una densa oscuridad. No añadió nada más, sino que escribió esas palabras en las dos tablas de piedra que me entregó. (Deuteronomio 5, 22)

  • y me dijeron: "El Señor, nuestro Dios, nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz, que salía desde el fuego. Hoy hemos visto que Dios puede hablar con los hombres sin que por eso mueran. (Deuteronomio 5, 24)


“O amor nada mais é do que o brilho de Deus nos homens”. São Padre Pio de Pietrelcina