Talált 544 Eredmények: gran tribulación
El rey hizo, además, un gran trono de marfil, al que recubrió de oro fino. (I Reyes 10, 18)
Jeroboám era un hombre de gran valía, y Salomón, al ver cómo el joven ejecutaba la obra, lo puso al frente de los servicios que debía prestar la casa de José. (I Reyes 11, 28)
Mientras tanto, un profeta se acercó a Ajab, rey de Israel, y dijo: "Así habla el Señor: ¿Ves toda esa gran multitud? Hoy mismo la voy a poner en tus manos. Así sabrás que yo soy el Señor". (I Reyes 20, 13)
Entonces salió el rey de Israel y se apoderó de los caballos y los carros, infligiendo a Arám una gran derrota. (I Reyes 20, 21)
El hombre de Dios se acercó y dijo al rey de Israel: "Así habla el Señor: Por haber dicho Arám: ‘El Señor es un Dios de las montañas y no de las llanuras’, yo pondré en tus manos esta gran multitud. Así ustedes sabrán que yo soy el Señor". (I Reyes 20, 28)
El rey les hizo servir un gran banquete; ellos comieron y bebieron, y después los despidió para que se fueran con su señor. Las bandas arameas no volvieron a incursionar en territorio de Israel. (II Reyes 6, 23)
Porque el Señor había hecho oír en el campamento de los arameos un ruido de carros, un fragor de caballos y el estruendo de un gran ejército, de manera que se dijeron unos a otros: "Miren, el rey de Israel ha contratado como mercenarios a los reyes de los hititas y a los reyes de los musritas, para que avancen contra nosotros". (II Reyes 7, 6)
Ahora, convóquenme a todos los profetas de Baal, a todos sus fieles y a todos sus sacerdotes. Que no falte nadie, porque voy a ofrecer un gran sacrificio a Baal. Todo el que falte no sobrevivirá". Pero Jehú obraba con astucia, a fin de hacer desaparecer a los fieles de Baal. (II Reyes 10, 19)
Cuando el Señor arrancó a Israel de la casa de David, y fue proclamado rey Jeroboám, hijo de Nebat, este alejó del Señor a Israel y le hizo cometer un gran pecado. (II Reyes 17, 21)
Sólo temerán al Señor, que los hizo salir de Egipto con gran poder y brazo extendido; se postrarán delante de él y le ofrecerán sacrificios. (II Reyes 17, 36)
El copero mayor les dijo: "Digan a Ezequías: Así habla el gran rey, el rey de Asiria: ¿Qué motivo tienes para estar tan confiado? (II Reyes 18, 19)
Entonces el copero mayor, puesto de pie, gritó bien fuerte en hebreo: "Escuchen la palabra del gran rey, el rey de Asiria: (II Reyes 18, 28)