Talált 121 Eredmények: generación mala

  • Fíjense también si la tierra donde viven es buena o mala, y si las ciudades en que habitan son abiertas o fortificadas; (Números 13, 19)

  • ‘El Señor es lento para enojarse y está lleno de misericordia. Él tolera la maldad y la rebeldía, pero no las deja impunes, sino que castiga la culpa de los padres en los hijos y en los nietos hasta la cuarta generación’. (Números 14, 18)

  • Así se indignó el Señor contra Israel y los hizo andar errantes por el desierto, hasta que desapareció toda aquella generación que había desagradado al Señor. (Números 32, 13)

  • "Ni uno solo de los hombres de esta generación perversa verá la hermosa tierra que yo juré dar a sus padres. (Deuteronomio 1, 35)

  • Desde que salimos de Cades Barné hasta que cruzamos el torrente Zéred, transcurrieron treinta y ocho años: el tiempo suficiente para que muriera toda aquella generación de guerreros, como el Señor se lo había jurado. (Deuteronomio 2, 14)

  • No te postrarás ante ellas ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; (Deuteronomio 5, 9)

  • El bastardo no será admitido en la asamblea del Señor, ni siquiera en la décima generación. (Deuteronomio 23, 3)

  • El amonita y el moabita no serán jamás admitidos en la asamblea del Señor, ni siquiera en la décima generación. (Deuteronomio 23, 4)

  • A partir de la tercera generación, sus descendientes podrán ser admitidos en la asamblea del Señor. (Deuteronomio 23, 9)

  • Pero se comportaron mal con él los que ya no son sus hijos, a causa de su depravación, esa generación tortuosa y perversa. (Deuteronomio 32, 5)

  • Entonces dijo: Les ocultaré mi rostro, para ver en qué terminan. Porque son una generación perversa, hijos faltos de lealtad. (Deuteronomio 32, 20)

  • Y cuando toda aquella generación fue a reunirse con sus padres, surgió una nueva generación que no conocía al Señor ni la obra que había hecho en favor de Israel. (Jueces 2, 10)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina