Talált 40 Eredmények: fuiste

  • tú fuiste arrebatado en un torbellino de fuego por un carro con caballos de fuego. (Eclesiástico 48, 9)

  • Y el día en que el Señor te haga descansar de tu pena y tu tormento, y de la dura servidumbre a la que fuiste sometido, (Isaías 14, 3)

  • ¡Con qué ligereza cambias de camino! También serás defraudada por Egipto, como lo fuiste por Asiria. (Jeremías 2, 36)

  • Fuiste tú la que me rechazaste -oráculo del Señor-, la que te volviste atrás. Entonces, yo extendí mi mano y te destruí, cansado de tenerte compasión. (Jeremías 15, 6)

  • Tú fuiste para mí un martillo, un arma de guerra. Contigo martillé naciones, contigo destruí reinos, (Jeremías 51, 20)

  • Al nacer, el día en que te dieron a luz, tu cordón umbilical no fue cortado, no fuiste lavada con agua para ser purificada ni frotada con sal, ni envuelta en pañales. (Ezequiel 16, 4)

  • Nadie se compadeció de ti para hacerte alguna de esas cosas, sino que fuiste arrojada en pleno campo, porque dabas asco el día que naciste. (Ezequiel 16, 5)

  • Yo pasé junto a ti y te vi. Era tu tiempo, el tiempo del amor; extendí sobre ti el borde de mi manto y cubrí tu desnudez; te hice un juramento, hice una alianza contigo -oráculo del Señor- y tú fuiste mía. (Ezequiel 16, 8)

  • Pero tú te preciaste de tu hermosura y te aprovechaste de tu fama para prostituirte; te entregaste sin pudor a todo el que pasaba y fuiste suya. (Ezequiel 16, 15)

  • ¡Vuelve la espada a la vaina! En el mismo lugar donde fuiste creado, en tu país de origen, yo te juzgaré. (Ezequiel 21, 35)

  • Por tu gran habilidad para el comercio fuiste acrecentando tu fortuna, y tu corazón se llenó de arrogancia a causa de tantas riquezas. (Ezequiel 28, 5)

  • Estabas en Edén, el Jardín de Dios, recubierto de piedras preciosas de todas las especies: sardo, malaquita y diamante, crisólito, ónix y jaspe, zafiro, topacio y esmeralda. Llevabas adornos labrados en oro y encajes preparados para ti el día en que fuiste creado. (Ezequiel 28, 13)


“Uma só coisa é necessária: estar perto de Jesus”. São Padre Pio de Pietrelcina