Talált 115 Eredmények: fui

  • Él fue traspasado por nuestras rebeldías y triturado por nuestras iniquidades. El castigo que nos da la paz recayó sobre él y por sus heridas fuimos sanados. (Isaías 53, 5)

  • fuimos rebeldes y renegamos del Señor, dimos la espalda a nuestro Dios, hablamos de oprimir y traicionar, y urdimos palabras engañosas en el corazón. (Isaías 59, 13)

  • Tú vas al encuentro de los que practican la justicia y se acuerdan de tus caminos. Tú estás irritado, y nosotros hemos pecado, desde siempre fuimos rebeldes contra ti. (Isaías 64, 4)

  • ¡Con qué ligereza cambias de camino! También serás defraudada por Egipto, como lo fuiste por Asiria. (Jeremías 2, 36)

  • Yo fui a esconderla en Perat, como el Señor me lo había ordenado. (Jeremías 13, 5)

  • Yo fui a Perat, cavé y recogí la faja del lugar donde la había escondido: la faja estaba estropeada, no servía para nada. (Jeremías 13, 7)

  • Fuiste tú la que me rechazaste -oráculo del Señor-, la que te volviste atrás. Entonces, yo extendí mi mano y te destruí, cansado de tenerte compasión. (Jeremías 15, 6)

  • Tú fuiste para mí un martillo, un arma de guerra. Contigo martillé naciones, contigo destruí reinos, (Jeremías 51, 20)

  • Pero el Señor es justo, porque yo fui rebelde a su palabra. ¡Oigan bien, todos los pueblos, y miren mi dolor! Mis vírgenes y mis jóvenes han partido al cautiverio. (Lamentaciones 1, 18)

  • Fui la irrisión de mi pueblo, el motivo constante de sus cantos burlones. (Lamentaciones 3, 14)

  • El espíritu me arrebató y me llevó, y yo fui, amargado y lleno de furor, mientras la mano del Señor pesaba fuertemente sobre mí. (Ezequiel 3, 14)

  • Al nacer, el día en que te dieron a luz, tu cordón umbilical no fue cortado, no fuiste lavada con agua para ser purificada ni frotada con sal, ni envuelta en pañales. (Ezequiel 16, 4)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina