Talált 19 Eredmények: fugitivos
un vencedor sale de Jacob y elimina a los fugitivos de Ar". (Números 24, 19)
Y cuando Josué y los israelitas los derrotaron por completo, hasta aniquilarlos -sólo algunos fugitivos habían escapado de ellos y se habían refugiado en las ciudades fortificadas- (Josué 10, 20)
Jefté reunió a todos los hombres de Galaad y atacó a Efraím. Y los de Galaad derrotaron a los efraimitas, que decían despectivamente: "Ustedes, los de Galaad, son fugitivos de Efraím, en medio de Manasés". (Jueces 12, 4)
Hijos de jóvenes mujeres los traspasaron, los acribillaron como a esclavos fugitivos: ¡todos perecieron en el combate de mi Señor! (Judit 16, 12)
La caballería se desbandó por la llanura, y los fugitivos huyeron a Azoto y entraron en la Casa de Dagón, el templo de su ídolo, para ponerse a salvo. (I Macabeos 10, 83)
Al mismo tiempo que él, los idumeos, que dominaban importantes fortificaciones, hostilizaban a los judíos, y trataban de fomentar la guerra, acogiendo a los fugitivos de Jerusalén. (II Macabeos 10, 15)
En efecto, cuando todavía celebraban sus ritos fúnebres y se lamentaban junto a las tumbas de sus muertos, concibieron otro proyecto descabellado: a los que ellos mismos habían rogado que se fueran los comenzaron a perseguir como fugitivos. (Sabiduría 19, 3)
obligó a expatriarse a hombres poderosos, que anduvieron fugitivos por países extraños. (Eclesiástico 29, 18)
Mi corazón grita por Moab, sus fugitivos llegan hasta Soar, hasta Eglat Selisiyá. Sí, por la subida de Lujit, la gente sube llorando; sí, por el camino de Joronaim se lanza un grito desgarrador. (Isaías 15, 5)
porque las aguas de Dimón están llenas de sangre. Pero yo añadiré a las desgracias de Dimón un león para los fugitivos de Moab, para el resto de Admá. (Isaías 15, 9)
Lleven agua al encuentro de los sedientos, habitantes del país de Temá, salgan a recibir con pan a los fugitivos. (Isaías 21, 14)
¡Reúnanse y vengan, acérquense todos juntos, fugitivos de las naciones! No saben lo que hacen los que llevan su ídolo de madera, y suplican a un dios que no puede salvar. (Isaías 45, 20)