Talált 1130 Eredmények: enemigos de Judá

  • Palabras de Amós, uno de los pastores de Técoa. Esto es lo que vio acerca de Israel en tiempos de Ozías, rey de Judá, y en tiempos de Jeroboám, hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto. (Amós 1, 1)

  • Así habla el Señor: Por tres crímenes de Judá, y por cuatro, no revocaré mi sentencia. Porque despreciaron la Ley del Señor y no observaron sus preceptos; porque los extraviaron sus falsos dioses, a los que habían seguido sus padres, (Amós 2, 4)

  • yo enviaré fuego contra Judá y él consumirá los palacios de Jerusalén. (Amós 2, 5)

  • Después, Amasías dijo a Amós: "Vete de aquí, vidente, refúgiate en el país de Judá, gánate allí la vida y profetiza allí. (Amós 7, 12)

  • si van cautivos delante de sus enemigos, allí ordenaré a la espada que los mate; yo tendré puestos mis ojos sobre ellos para su mal y no para su bien. (Amós 9, 4)

  • ¡No mires con aire de triunfo a tu hermano en el día de su desastre! ¡No te alegres por los hijos de Judá en el día de su perdición! ¡No profieras insolencias en el día de la angustia! (Abdías 1, 12)

  • Palabra del Señor que llegó a Miqueas de Moréset, en tiempos de Jotám, Ajaz y Ezequías, reyes de Judá. Esto es lo que él vio acerca de Samaría y Jerusalén. (Miqueas 1, 1)

  • Todo esto, por la rebeldía de Jacob, por el pecado de la casa de Israel. ¿Cuál es la rebeldía de Jacob? ¿No es acaso Samaría? ¿Y cuál es el pecado de Judá? ¿No es acaso Jerusalén? (Miqueas 1, 5)

  • ¡Porque el golpe es irremediable! Sí, ha llegado hasta Judá, hasta tocar la Puerta de mi pueblo, hasta la misma Jerusalén. (Miqueas 1, 9)

  • Retuércete y sufre, hija de Sión, como una parturienta, porque ahora vas a salir de la ciudad y habitarás al descampado. Tú llegarás hasta Babilonia y allí serás liberada; allí el Señor te redimirá de la mano de tus enemigos. (Miqueas 4, 10)

  • Y tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me nacerá el que debe gobernar a Israel: sus orígenes se remontan al pasado, a un tiempo inmemorial. (Miqueas 5, 1)

  • Que tu mano se alce contra tus adversarios y sean extirpados todos tus enemigos. (Miqueas 5, 8)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina