Talált 1736 Eredmények: don

  • El Señor les ha impuesto el sábado, y por eso el sexto día les duplica la ración. Que el séptimo día todos permanezcan en su sitio y nadie se mueva del lugar donde está". (Exodo 16, 29)

  • Como Moisés tenía los brazos muy cansados, ellos tomaron una piedra y la pusieron donde él estaba. Moisés se sentó sobre la piedra, mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. Así sus brazos se mantuvieron firmes hasta la puesta del sol. (Exodo 17, 12)

  • Cuando Jetró, que venía con la esposa y los hijos de su yerno, llegó al desierto donde había acampado Moisés, junto a la montaña de Dios, (Exodo 18, 5)

  • Luego añadió: "Ve adonde está el pueblo y ordénales que se purifiquen hoy y mañana. Que laven su ropa (Exodo 19, 10)

  • El Señor le dijo: "Baja en seguida y vuelve después en compañía de Aarón. Pero que los sacerdotes y el pueblo no traspasen los límites para subir adonde está el Señor, no sea que él les quite la vida". (Exodo 19, 24)

  • Moisés bajó adonde estaba el pueblo y les dijo todas estas cosas. (Exodo 19, 25)

  • Y mientras el pueblo se mantenía a distancia, Moisés se acercó a la nube oscura donde estaba Dios. (Exodo 20, 21)

  • Me harás un altar de tierra, y sobre él ofrecerás tus holocaustos y tus sacrificios de comunión, tus ovejas y tus bueyes. Vendré y te bendeciré en cualquier lugar donde yo haga que se recuerde mi Nombre. (Exodo 20, 24)

  • Si no lo hizo con premeditación, sino que Dios dispuso que cayera bajo su mano, yo te señalaré un lugar donde podrá refugiarse el homicida. (Exodo 21, 13)

  • Si ves al asno del que te aborrece, caído bajo el peso de su carga, no lo dejarás abandonado; más aún, acudirás a auxiliarlo junto con su dueño. (Exodo 23, 5)

  • Respétalo y escucha su voz. No te rebeles contra él, porque no les perdonará las transgresiones, ya que mi Nombre está en él. (Exodo 23, 21)

  • y dos cadenas de oro puro, trenzadas a manera de cordones, que luego fijarás en los engastes. (Exodo 28, 14)


“Devo fazer somente a vontade de Deus e, se lhe agrado, o restante não conta.” São Padre Pio de Pietrelcina