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Luego el Señor dijo a Moisés: "Da esta orden a Aarón: ‘Extiende tu mano y tu bastón sobre los ríos, los canales y los pantanos, para que las ranas invadan el territorio de Egipto’". (Exodo 8, 1)
Moisés respondió al Faraón: "Dígnate indicarme el momento en que debo rogar por ti, por tus servidores y por tu pueblo para que las ranas se aparten de ti y de tus casas, y queden solamente en el Nilo". (Exodo 8, 5)
El Señor dijo a Moisés: "Da esta orden a Aarón: ‘Extiende tu bastón y golpea el polvo del suelo, para que se transforme en mosquitos a lo largo de todo Egipto’". (Exodo 8, 12)
Entonces el Faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: "Pueden ir a ofrecer sacrificios a su Dios, pero que sea dentro del país". (Exodo 8, 21)
Y cuando el Faraón ordenó que hicieran un recuento, se comprobó que los israelitas no habían perdido ni una sola cabeza de ganado. A pesar de eso, el Faraón se obstinó y no dejó partir al pueblo. (Exodo 9, 7)
Por eso, ordena que pongan bajo techo tu ganado y todo lo que tengas al aire libre, porque todo lo que esté al aire libre y no se encuentre bajo techo -sea hombre o animal- morirá víctima del granizo’". (Exodo 9, 19)
Invadirán tus palacios, las residencias de tus servidores y las casas de todos los egipcios. Tus padres y tus abuelos nunca experimentaron una cosa igual, desde que se instalaron en el país hasta el día de hoy’". Y dándose vuelta, Moisés se alejó de la presencia del Faraón. (Exodo 10, 6)
Moisés y Aarón fueron conducidos nuevamente a la presencia del Faraón, y este les anunció: "Pueden ir a rendir culto al Señor. Pero antes especifiquen quiénes son los que van a ir". (Exodo 10, 8)
¡Así no! Que vayan los hombres solos a rendir culto al Señor, ya que eso pretenden". Y en seguida los echaron de la presencia del Faraón. (Exodo 10, 11)
El Señor dijo a Moisés: "Extiende tu mano hacia el cielo, para que Egipto se cubra de una oscuridad tan densa que se pueda palpar". (Exodo 10, 21)
Mientras tanto, ordena al pueblo que cada hombre pida a su vecino, y cada mujer a su vecina, objetos de plata y oro". (Exodo 11, 2)
Luego vendrán todos tus servidores a inclinarse ante mí, y me dirán: ‘¡Váyanse, tú y el pueblo que está bajo tus órdenes!’. Después me iré". Y lleno de indignación, Moisés se alejó de la presencia del Faraón. (Exodo 11, 8)