Talált 29 Eredmények: costa

  • Participen de la instrucción, aun a costa de mucho dinero, y gracias a ella adquirirán oro en abundancia. (Eclesiástico 51, 28)

  • Y los habitantes de esta costa dirán en aquel día: ‘¡Ahí está nuestra esperanza, a la que acudíamos en busca de auxilio, para ser librados del rey de Asiria! Y ahora nosotros ¿cómo podremos escapar?’". (Isaías 20, 6)

  • ¡Enmudezcan, habitantes de la costa, comerciantes de Sidón, cuyos emisarios atraviesan el mar, (Isaías 23, 2)

  • Emigren a Tarsis, giman, habitantes de la costa. (Isaías 23, 6)

  • entonces, escuchen la palabra del Señor, ustedes, resto de Judá: Así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Si ustedes pretenden a toda costa entrar en Egipto, para residir allí, (Jeremías 42, 15)

  • Todos los que pretendan a toda costa entrar en Egipto para residir allí, morirán por la espada, el hambre y la peste; ninguno de ellos sobrevivirá ni escapará a la desgracia que atraeré sobre ellos. (Jeremías 42, 17)

  • ¿Cómo puede descansar, cuando el Señor le da una orden? Hacia Ascalón y hacia la costa del mar, hacia allí le ha dado cita. (Jeremías 47, 7)

  • por eso, así habla el Señor: Yo extiendo mi mano contra los filisteos; extirparé a los quereteos y haré perecer al resto de los que habitan la costa del mar. (Ezequiel 25, 16)

  • Daniel le dijo entonces: "Has mentido a costa de tu cabeza: el Ángel de Dios ya ha recibido de él tu sentencia y viene a partirte por el medio". (Daniel 13, 55)

  • Daniel le dijo entonces: "Tú también has mentido a costa de tu cabeza: el Ángel de Dios te espera con la espada en la mano, para partirte por el medio. Así acabará con ustedes". (Daniel 13, 59)

  • Yo escuché los insultos de Moab y las injurias de los amonitas, cuando insultaron a mi pueblo y se engrandecieron a costa de su territorio. (Sofonías 2, 8)

  • Eso es lo que recibirán a cambio de su orgullo, porque han insultado al pueblo del Señor de los ejércitos, y se han engrandecido a costa de él. (Sofonías 2, 10)


“O mal não se vence com o mal, mas com o bem, que tem em si uma força sobrenatural.” São Padre Pio de Pietrelcina