Talált 176 Eredmények: cortina de entrada

  • las cortinas del atrio, la cortina de la entrada del atrio que rodea la Morada y el altar, y también sus cuerdas y todos los accesorios que se emplean en su servicio: ellos se encargarán de hacer todo lo necesario. (Números 4, 26)

  • Al octavo día, presentará al sacerdote, a la entrada de la Carpa del Encuentro, dos torcazas o dos pichones de paloma. (Números 6, 10)

  • Este es el ritual para el nazireo: una vez cumplido el tiempo de su nazireato, será conducido a la entrada de la Carpa del Encuentro, (Números 6, 13)

  • Entonces el nazireo se cortará el cabello consagrado, a la entrada de la Carpa del Encuentro, y lo echará en el fuego que arde debajo del sacrificio de comunión. (Números 6, 18)

  • Cuando se hagan sonar las dos trompetas, toda la comunidad se reunirá delante de ti, a la entrada de la Carpa del Encuentro. (Números 10, 3)

  • Moisés oyó llorar al pueblo, que se había agrupado por familias, cada uno a la entrada de su carpa. El Señor se llenó de una gran indignación, pero Moisés, vivamente contrariado, (Números 11, 10)

  • el Señor descendió en la columna de nube y se detuvo a la entrada de la Carpa. Luego llamó a Aarón y a Miriam. Los dos se adelantaron, (Números 12, 5)

  • Los hombres fueron a explorar el país, desde el desierto de Cin hasta Rejob, a la Entrada de Jamat. (Números 13, 21)

  • Cada uno tomó su incensario, le puso fuego y le echó incienso. Luego ocuparon sus puestos a la entrada de la Carpa del Encuentro, junto con Moisés y Aarón. (Números 16, 18)

  • Y una vez que Coré convocó contra ellos a toda la comunidad, a la entrada de la Carpa del Encuentro, la gloria del Señor se apareció a toda la comunidad, (Números 16, 19)

  • Y todos se separaron de las moradas de Coré, Datán y Abirón. Datán y Abirón, por su parte, salieron y se pusieron de pie a la entrada de sus carpas, junto con sus mujeres, sus hijos y sus pequeños. (Números 16, 27)

  • Entonces Aarón volvió a la entrada de la Carpa del Encuentro, donde estaba Moisés, porque la plaga ya había cesado. (Números 17, 15)


“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina