Talált 16 Eredmények: conversión

  • Henoc agradó al Señor y fue trasladado, él es modelo de conversión para las generaciones futuras. (Eclesiástico 44, 16)

  • Porque así habla el Señor, el Santo de Israel: En la conversión y en la calma está la salvación de ustedes; en la serenidad y la confianza está su fuerza. ¡Pero ustedes no lo han querido! (Isaías 30, 15)

  • Produzcan el fruto de una sincera conversión, (Mateo 3, 8)

  • así se presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. (Marcos 1, 4)

  • Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; (Marcos 6, 12)

  • Este comenzó entonces a recorrer toda la región del río Jordán, anunciando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados, (Lucas 3, 3)

  • Produzcan los frutos de una sincera conversión, y no piensen: "Tenemos por padre a Abraham". Porque yo les digo que de estas piedras Dios puede hacer surgir hijos de Abraham. (Lucas 3, 8)

  • y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. (Lucas 24, 47)

  • A él, Dios lo exaltó con su poder, haciéndolo Jefe y Salvador, a fin de conceder a Israel la conversión y el perdón de los pecados. (Hechos 5, 31)

  • Después de escuchar estas palabras, se tranquilizaron y alabaron a Dios, diciendo: «También a los paganos Dios les ha concedido el don de la conversión que conduce a la Vida». (Hechos 11, 18)

  • Los que habían sido enviados por la Iglesia partieron y atravesaron Fenicia y Samaría, contando detalladamente la conversión de los paganos. Esto causó una gran alegría a todos los hermanos. (Hechos 15, 3)

  • Por el contrario, dirigiéndome primero a los habitantes de Damasco, luego a los de Jerusalén y de todo el país de Judea, y finalmente a los paganos, les prediqué que era necesario arrepentirse y convertirse a Dios, manifestando su conversión con obras. (Hechos 26, 20)


“Reze, reze! Quem muito reza se salva e salva os outros. E qual oração pode ser mais bela e mais aceita a Nossa Senhora do que o Rosario?” São Padre Pio de Pietrelcina