Talált 224 Eredmények: contigo

  • Pero el hombre de Dios respondió al rey: "Aunque me des la mitad de tu casa, no iré contigo. No comeré pan ni beberé agua en este lugar, (I Reyes 13, 8)

  • Pero el otro replicó: "No puedo volver contigo ni acompañarte. No comeré pan ni beberé agua contigo en este lugar, (I Reyes 13, 16)

  • El otro le dijo: "Yo también soy profeta como tú, y un ángel me dijo, por orden del Señor: Tráelo contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua". Pero en realidad le estaba mintiendo. (I Reyes 13, 18)

  • Toma contigo diez panes, unas tortas y un tarro de miel, y ve a su casa: él te va a anunciar qué le sucederá a nuestro hijo". (I Reyes 14, 3)

  • Entonces la mujer dijo a Elías: "¿Qué tengo que ver yo contigo, hombre de Dios? ¡Has venido a mi casa para recordar mi culpa y hacer morir a mi hijo!". (I Reyes 17, 18)

  • Luego preguntó a Josafat: "¿Irías conmigo a combatir a Ramot de Galaad?". Josafat respondió al rey de Israel: "Cuenta conmigo como contigo mismo, con mi gente como con la tuya, con mis caballos como con los tuyos". (I Reyes 22, 4)

  • Luego partió y mandó decir a Josafat, rey de Judá: "El rey de Moab se ha sublevado contra mí; ¿quieres venir conmigo a combatir contra Moab?". Josafat respondió: "Sí, subiré; cuenta conmigo como contigo mismo, con mi gente como con la tuya, con mis caballos como con los tuyos". (II Reyes 3, 7)

  • pero este dijo al rey de Israel: "¿Qué tengo que ver yo contigo? Recurre a los profetas de tu padre y a los profetas de tu madre". "De ninguna manera, dijo el rey de Israel, porque el Señor ha convocado a estos tres reyes para entregarlos en manos de Moab". (II Reyes 3, 13)

  • el rey dijo a Jazael: "Toma contigo un presente, ve al encuentro del hombre de Dios, y consulta al Señor por medio de él, a ver si me restableceré de esta enfermedad". (II Reyes 8, 8)

  • El profeta Eliseo llamó a uno de la comunidad de profetas y le dijo: "Ajústate el cinturón, toma contigo este frasco de aceite y ve a Ramot de Galaad. (II Reyes 9, 1)

  • Jehú partió de allí, y se encontró con Jonadab, hijo de Recab, que venía a su encuentro. Él lo saludó y le dijo: "¿Eres tan leal conmigo como yo lo soy contigo?". Jonadab respondió: "Así es". "Si es así, dame la mano", replicó Jehú. Él se la dio, y Jehú lo hizo subir a su carro, (II Reyes 10, 15)

  • Porque has derrotado a Edóm, tu corazón se ha engreído. ¡Disfruta de tu gloria, pero quédate en tu casa! ¿Para qué comprometerte en una guerra desastrosa y sucumbir, tú y Judá contigo?". (II Reyes 14, 10)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.”(Pe Pio) São Padre Pio de Pietrelcina