Talált 47 Eredmények: consuelo en momentos difíciles

  • La vergüenza me destroza el corazón, y no tengo remedio. Espero compasión y no la encuentro, en vano busco un consuelo: (Salmos 69, 21)

  • Busco al Señor en el momento de mi angustia; de noche, tiendo mi mano sin descanso, y mi alma rechaza todo consuelo. (Salmos 77, 3)

  • Dame una prueba de tu bondad, para que mis adversarios queden confundidos, al ver que tú, Señor, eres mi ayuda y mi consuelo. (Salmos 86, 17)

  • Me acuerdo, Señor, de tus antiguos juicios, y eso me sirve de consuelo. (Salmos 119, 52)

  • ¡Qué difíciles son para mí tus designios! ¡Y qué inmenso, Dios mío, es el conjunto de ellos! (Salmos 139, 17)

  • Ahora nosotros, aunque no tenemos necesidad de estas cosas, porque encontramos el consuelo en los Libros santos que están en nuestras manos, (I Macabeos 12, 9)

  • ¡Pero lejos de mí tratar de ponerme a salvo en los momentos de peligro, ya que no valgo más que mis hermanos! (I Macabeos 13, 5)

  • Pero los judíos que vivían allí les atestiguaron que los habitantes de la ciudad los habían tratado con benevolencia y les habían brindado una buena acogida en momentos de adversidad. (II Macabeos 12, 30)

  • si mueren pronto, no tendrán esperanza ni consuelo en el día del Discernimiento, (Sabiduría 3, 18)

  • Pero queda todavía un resto que no sirve para nada, un tronco retorcido y lleno de nudos: él lo toma, lo esculpe para llenar sus ratos de ocio, lo talla con habilidad en sus momentos libres, y le da forma humana (Sabiduría 13, 13)

  • ¡Soy yo, soy yo el que los consuelo! ¿Quién eres tú para temer a un mortal, a un hombre frágil como la hierba? (Isaías 51, 12)

  • ¡Oprimida, atormentada, sin consuelo! ¡Mira! Por piedras, te pondré turquesas y por cimientos, zafiros; (Isaías 54, 11)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina