Talált 193 Eredmények: cinco

  • En la ciudad apresó también a un eunuco, que estaba al frente de los hombres de guerra, a cinco hombres del servicio personal del rey que fueron sorprendidos en la ciudad, al secretario del jefe del ejército, encargado de enrolar al pueblo del país, y a sesenta hombres del pueblo que estaban dentro de la ciudad. (II Reyes 25, 19)

  • Tamar, la nuera de Judá, tuvo de él a Peres y a Zéraj. Los hijos de Judá fueron cinco en total. (I Crónicas 2, 4)

  • Los hijos de Zéraj fueron Zimrí, Etán, Hemán, Calcol y Dardá: cinco en total. (I Crónicas 2, 6)

  • Los hijos de Mesulám, Jasubá, Ohel, Berequías, Jasadías y Iusab Jésed: cinco en total. (I Crónicas 3, 20)

  • Sus poblados fueron Etám, Ain, Rimón, Toquén y Asán -cinco ciudades en total- (I Crónicas 4, 32)

  • Los descendientes de Uzí fueron Izrajías y los hijos de Izrajías: Micael, Abdías, Joel e Isías: cinco jefes en total. (I Crónicas 7, 3)

  • Los descendientes de Bela fueron Esbón, Uzí, Uziel, Ierimot e Irí: cinco en total; eran jefes de familia y hombres valerosos. Todos estaban registrados y su número era de 22.034. (I Crónicas 7, 7)

  • y dieron para el servicio de la Casa de Dios cinco mil talentos de oro, diez mil dáricos, diez mil talentos de plata, dieciocho mil talentos de bronce y cien mil talentos de hierro. (I Crónicas 29, 7)

  • Salomón hizo un altar de bronce, de diez metros de largo, diez de ancho y cinco de alto. (II Crónicas 4, 1)

  • Él hizo además el Mar de metal fundido, que medía cinco metros de diámetro y tenía forma circular; su altura era de dos metros y medio, y una cuerda de quince metros medía su circunferencia. (II Crónicas 4, 2)

  • Debajo del borde, todo alrededor, había unas figuras de toros -diez cada cinco metros- que rodeaban todo el contorno del Mar; había dos hileras de toros, fundidos con el Mar en una sola pieza. (II Crónicas 4, 3)

  • También hizo diez recipientes para el agua; los colocó cinco a la derecha y cinco a la izquierda, para las abluciones; en ellos se lavaba lo que servía para el holocausto, pero los sacerdotes hacían su abluciones en el Mar de bronce. (II Crónicas 4, 6)


“Que Jesus reine sempre soberano no seu coração e o faça cada vez mais digno de seus divinos dons.” São Padre Pio de Pietrelcina