Talált 24 Eredmények: casarse

  • A los que estaban construyendo su casa, a los que acababan de casarse o de plantar una viña y a los que tenían miedo, les ordenó que volvieran cada uno a su casa, conforme a la Ley. (I Macabeos 3, 56)

  • Ellos no se casarán con una viuda ni con una mujer repudiada, sino sólo con una virgen de la raza del pueblo de Israel. Pero podrán casarse con la viuda de otro sacerdote. (Ezequiel 44, 22)

  • Los discípulos le dijeron: «Si esta es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse». (Mateo 19, 10)

  • En efecto, algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!». (Mateo 19, 12)

  • Pero si no pueden contenerse, que se casen; es preferible casarse que arder en malos deseos. (I Corintios 7, 9)

  • Si se separa, que no vuelva a casarse, o que se reconcilie con su esposo. Y que tampoco el marido abandone a su mujer. (I Corintios 7, 11)

  • Considero que, por las dificultades del tiempo presente, lo mejor para el hombre es vivir sin casarse. (I Corintios 7, 26)

  • Si un hombre, encontrándose en plena vitalidad, cree que no podrá comportarse correctamente con la mujer que ama, y que debe casarse, que haga lo que le parezca: si se casan, no comete ningún pecado. (I Corintios 7, 36)

  • En cambio, el que decide no casarse con ella, porque se siente interiormente seguro y puede contenerse con pleno dominio de su voluntad, también obra correctamente. (I Corintios 7, 37)

  • La mujer permanece ligada a su marido mientras este vive; en cambio, si muere el marido, queda en libertad para casarse con el que quiera. Pero en esto, debe ser guiada por el Señor. (I Corintios 7, 39)

  • Sin embargo, será más feliz si no vuelve a casarse, de acuerdo con mi consejo. Ahora bien, yo creo tener el Espíritu de Dios. (I Corintios 7, 40)

  • No inscribas, en cambio, a las viudas más jóvenes, porque cuando los deseos puramente humanos prevalecen sobre su entrega a Cristo, quieren casarse otra vez, (I Timoteo 5, 11)


“Proponha-se a exercitar-se nas virtudes”. São Padre Pio de Pietrelcina