Talált 1862 Eredmények: casa de Saúl

  • Saulo, por su parte, perseguía a la Iglesia; iba de casa en casa y arrastraba a hombres y mujeres, llevándolos a la cárcel. (Hechos 8, 3)

  • El Señor le dijo: «Ve a la calle llamada Recta, y busca en casa de Judas a un tal Saulo de Tarso. (Hechos 9, 11)

  • Ananías fue a la casa, le impuso las manos y le dijo: «Saulo, hermano mío, el Señor Jesús -el mismo que se te apareció en el camino- me envió a ti para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo». (Hechos 9, 17)

  • Pedro permaneció algún tiempo en Jope, en la casa de un curtidor llamado Simón. (Hechos 9, 43)

  • Este hombre tuvo una visión: un día, cerca de las tres de la tarde, vio claramente al Ángel de Dios que entraba en su casa y le decía: «Cornelio». (Hechos 10, 3)

  • que se hospeda en la casa de un tal Simón, un curtidor que vive a la orilla del mar». (Hechos 10, 6)

  • Mientras Pedro, desconcertado, se preguntaba qué podía significar la visión que acababa de tener, llegaron los hombres enviados por Cornelio. Estos averiguaron dónde vivía Simón y se presentaron ante la puerta de la casa. (Hechos 10, 17)

  • Ellos respondieron: «El centurión Cornelio, hombre justo y temeroso de Dios, que goza de la estima de todos los judíos, recibió de un ángel de Dios la orden de conducirte a su casa para escuchar tus palabras». (Hechos 10, 22)

  • Cornelio le respondió: «Hace tres días me encontraba orando en mi casa, alrededor de las tres de la tarde, cuando se me apareció un hombre con vestiduras resplandecientes, (Hechos 10, 30)

  • Manda a buscar a Simón, llamado Pedro, que está en Jope, a la orilla del mar, en la casa de Simón el curtidor". (Hechos 10, 32)

  • diciéndole: «¿Cómo entraste en la casa de gente no judía y comiste con ellos?». (Hechos 11, 3)

  • En ese momento, se presentaron en la casa donde estábamos tres hombres que habían sido enviados desde Cesarea para buscarme. (Hechos 11, 11)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina