Talált 36 Eredmények: calor

  • Además, si se acuestan juntos, sienten calor, pero uno solo ¿cómo se calentará? (Eclesiastés 4, 11)

  • Nuestro nombre será olvidado con el tiempo y nadie se acordará de nuestras obras; nuestra vida habrá pasado como una nube, sin dejar rastro, se disipará como la bruma, evaporada por los rayos del sol y agobiada por su calor. (Sabiduría 2, 4)

  • Porque lo que el fuego no lograba destruir se derretía al simple calor de un tenue rayo de sol, (Sabiduría 16, 27)

  • Cuando estés en la aflicción, el Señor se acordará de ti, y se disolverán tus pecados como la escarcha con el calor. (Eclesiástico 3, 15)

  • ella lo protege del calor y él habita en su gloria. (Eclesiástico 14, 27)

  • ¿No calma el rocío el calor ardiente? Así, una buena palabra puede más que un regalo. (Eclesiástico 18, 16)

  • Lo mismo pasa con el herrero, sentado junto al yunque, con la atención fija en el hierro que forja: el vaho del fuego derrite su carne y él se debate con el calor de la fragua; el ruido del martillo ensordece sus oídos y sus ojos están fijos en el modelo del objeto; pone todo su empeño en acabar sus obras y se desvela por dejarlas bien terminadas. (Eclesiástico 38, 28)

  • y una choza, para dar sombra contra el calor durante el día, y servir de abrigo y refugio contra la tempestad y la lluvia. (Isaías 4, 6)

  • Porque así me ha hablado el Señor: Yo observaré impasible en mi puesto, como el calor ardiente y deslumbrante, como nube de rocío en el calor de la cosecha. (Isaías 18, 4)

  • Porque has sido un refugio para el débil, un refugio para el pobre en su angustia, un resguardo contra la tormenta, una sombra contra el calor. Porque el soplo de los tiranos es como tormenta de invierno, (Isaías 25, 4)

  • como el calor en el suelo reseco. Tú acallas el tumulto del enemigo: como el calor por la sombra de una nube, así se extingue el canto de los tiranos. (Isaías 25, 5)

  • Él hace arder al fuego la mitad de la madera, y asa la carne sobre las brasas; luego come la carne asada y se sacia. También se calienta y exclama: "¡Voy entrando en calor, mientras miro las llamas!". (Isaías 44, 16)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre todo o bem que ela ainda pode fazer”. São Padre Pio de Pietrelcina