Talált 725 Eredmények: cal

  • «Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya». (Lucas 22, 42)

  • Pero ellos seguían gritando: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!». (Lucas 23, 21)

  • y le dijo: «Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento». (Juan 2, 10)

  • Jesús dijo a Simón Pedro: «Envaina tu espada. ¿Acaso no beberé el cáliz que me ha dado el Padre?». (Juan 18, 11)

  • Los servidores y los guardias se calentaban junto al fuego, que habían encendido porque hacía frío. Pedro también estaba con ellos, junto al fuego. (Juan 18, 18)

  • Cuando los sumos sacerdotes y los guardias lo vieron, gritaron: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!». Pilato les dijo: «Tómenlo ustedes y crucifíquenlo. Yo no encuentro en él ningún motivo para condenarlo». (Juan 19, 6)

  • Ellos vociferaban: «¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo!». Pilato les dijo: «¿Voy a crucificar a su rey?». Los sumos sacerdotes respondieron: «No tenemos otro rey que el César». (Juan 19, 15)

  • Nosotros no podemos callar lo que hemos visto y oído». (Hechos 4, 20)

  • Y hasta sacaban a los enfermos a las calles, poniéndolos en catres y camillas, para que cuando Pedro pasara, por lo menos su sombra cubriera a alguno de ellos. (Hechos 5, 15)

  • Abraham salió de Caldea para establecerse en Jarán. Después de la muerte de su padre, Dios le ordenó que se trasladara a este país, donde ustedes ahora están viviendo. (Hechos 7, 4)

  • El Señor le dijo: «Ve a la calle llamada Recta, y busca en casa de Judas a un tal Saulo de Tarso. (Hechos 9, 11)

  • De pronto, apareció el Ángel del Señor y una luz resplandeció en el calabozo. El Ángel sacudió a Pedro y lo hizo levantar, diciéndole: «¡Levántate rápido!». Entonces las cadenas se le cayeron de las manos. (Hechos 12, 7)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina