Talált 370 Eredmények: bases de plata

  • Ahora siguen pecando: se fabrican estatuas de metal fundido, hacen con su plata ídolos de su invención. ¡Obra de artesanos es todo eso! Luego dicen: "Ofrézcanles sacrificios". ¡Hombres besan a terneros! (Oseas 13, 2)

  • ¡Ustedes, que sacaron mi plata y mi oro y se llevaron a sus templos mis tesoros preciosos; (Joel 4, 5)

  • "¡Arrasen con la plata, arrasen con el oro!". ¡Es una reserva inagotable, hay montones de objetos preciosos! (Nahún 2, 10)

  • ¡Ay del que dice al madero: "Despierta", y a la piedra muda: "Levántate"! ¿Puede eso pronunciar un oráculo? ¡Sin duda, está recubierto de oro y plata, pero no hay soplo de vida en su interior! (Habacuc 2, 19)

  • Giman, habitantes del Mortero, porque todos los mercaderes han sido aniquilados, y han sido extirpados todos los que pesan la plata. (Sofonías 1, 11)

  • ni su plata ni su oro podrán librarlos. En el Día de la ira del Señor y por el fuego de sus celos, será devorada toda la tierra; porque él hará un terrible exterminio de todos los habitantes de la tierra. (Sofonías 1, 18)

  • ¡Son míos el oro y la plata! -oráculo del Señor de los ejércitos-. (Ageo 2, 8)

  • tomarás la plata y el oro, harás una corona y la pondrás sobre la cabeza de Josué, hijo de Iehosadac, el Sumo Sacerdote. (Zacarías 6, 11)

  • Tiro se construyó una fortaleza, amontonó plata como polvo y oro fino como barro de las calles. (Zacarías 9, 3)

  • Yo les dije: "Si les parece bien, páguenme mi salario; y si no, déjenlo". Ellos pesaron mi salario: treinta siclos de plata. (Zacarías 11, 12)

  • Pero el Señor me dijo: "¡Echa al Tesoro ese lindo precio en que he sido valuado por ellos!". Yo tomé los treinta siclos de plata y los eché en el Tesoro de la Casa del Señor. (Zacarías 11, 13)

  • Yo haré pasar ese tercio por el fuego, y los purificaré como se purifica la plata, los probaré como se prueba el oro. Él invocará mi Nombre, y yo lo escucharé; yo diré: "¡Este es mi Pueblo!" y él dirá: "¡El Señor es mi Dios!". (Zacarías 13, 9)


“Enquanto tiver medo de ser infiel a Deus, você não será’. Deve-se ter medo quando o medo acaba!” São Padre Pio de Pietrelcina