Talált 244 Eredmények: aguas

  • Me sucederá como en los días de Noé, cuando juré que las aguas de Noé no inundarían de nuevo la tierra: así he jurado no irritarme más contra ti ni amenazarte nunca más. (Isaías 54, 9)

  • Pero los impíos son como un mar agitado, que no se puede calmar y cuyas aguas arrojan fango y cieno. (Isaías 57, 20)

  • El Señor te guiará incesantemente, te saciará en los ardores del desierto y llenará tus huesos de vigor; tú serás como un jardín bien regado, como una vertiente de agua, cuyas aguas nunca se agotan. (Isaías 58, 11)

  • Ellos se acordaron de los días del pasado, de Moisés, su servidor: ¿Dónde está el que hizo subir de las aguas al pastor de su rebaño? ¿Dónde está el que puso dentro de él su santo espíritu, (Isaías 63, 11)

  • el que hizo marchar su brazo glorioso a la derecha de Moisés, el que separó las aguas delante de ellos, para ganarse un renombre eterno? (Isaías 63, 12)

  • Como un pozo hace brotar sus aguas, así ella hace brotar su maldad. "¡Violencia, atropello!", se oye decir allí, tengo siempre delante las heridas y los golpes. (Jeremías 6, 7)

  • Cuando él truena, retumban las aguas en el cielo, hace subir las nubes desde el horizonte, desata la lluvia con los relámpagos, hace salir el viento de sus depósitos. (Jeremías 10, 13)

  • ¿Por qué es incesante mi dolor, por qué mi llaga es incurable, se resiste a sanar? ¿Serás para mí como un arroyo engañoso, de aguas inconstantes? (Jeremías 15, 18)

  • Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto. (Jeremías 17, 8)

  • ¿Abandona las cuestas rocosas la nieve del Líbano? ¿Se agotan las aguas de las montañas, frescas y fluyentes? (Jeremías 18, 14)

  • reunieron a todos los hombres y fueron a combatir contra él. Lo alcanzaron junto a las grandes Aguas de Gabaón. (Jeremías 41, 12)

  • ¿Quién es ese que sube como el Nilo y cuyas aguas se encrespan como los ríos? (Jeremías 46, 7)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina