Talált 469 Eredmények: agua de la roca

  • Luego el Señor le dijo: "Aquí a mi lado tienes un lugar. Tu estarás de pie sobre la roca, (Exodo 33, 21)

  • y cuando pase mi gloria, yo te pondré en la hendidura de la roca y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. (Exodo 33, 22)

  • y entre la Carpa del Encuentro y el altar, colocarás la fuente llena de agua. (Exodo 40, 7)

  • Después harás que Aarón y sus hijos se acerquen a la entrada de la Carpa del Encuentro y los lavarás con agua. (Exodo 40, 12)

  • Entre la Carpa del Encuentro y el altar ubicó la fuente y le echó agua para las abluciones. (Exodo 40, 30)

  • Después el oferente lavará con agua las entrañas y las patas, y por último, el sacerdote hará arder todo sobre el altar: es un holocausto, una ofrenda que se quema con aroma agradable al Señor. (Levítico 1, 9)

  • El oferente lavará con agua las entrañas y las patas, y por último, el sacerdote hará arder todo sobre el altar: es un holocausto, una ofrenda que se quema con aroma agradable al Señor. (Levítico 1, 13)

  • La vasija de barro en que haya sido cocida se deberá romper; y si fue cocida en un recipiente de bronce, este será fregado y limpiado con agua. (Levítico 6, 21)

  • Entonces Moisés ordenó que se acercaran Aarón y sus hijos y los lavó con agua. (Levítico 8, 6)

  • Después de lavar con agua las entrañas y las patas, Moisés hizo que todo el carnero ardiera sobre el altar, como un holocausto de aroma agradable: era una ofrenda que se quema para el Señor, según la orden que el Señor le había dado. (Levítico 8, 21)

  • Entre los animales que viven en el agua, ya sea en el mar o en los ríos, ustedes podrán comer aquellos que tienen aletas y escamas. (Levítico 11, 9)

  • Todo lo que vive en el agua y no tiene aletas ni escamas, será para ustedes una cosa inmunda. (Levítico 11, 12)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina