Talált 269 Eredmények: Tribu de Simeón

  • El lado meridional medirá dos mil doscientos cincuenta metros y tendrá tres puertas: la puerta de Simeón, la de Isacar y la de Zabulón. (Ezequiel 48, 33)

  • La voz del Señor llama a la ciudad. -¡Es prudente temer tu Nombre!-. ¡Oigan, tribu de Judá y asamblea de la ciudad! (Miqueas 6, 9)

  • Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él (Lucas 2, 25)

  • Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: (Lucas 2, 28)

  • Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, (Lucas 2, 34)

  • Leví, hijo de Simeón; Simeón, hijo de Judá; Judá, hijo de José; José, hijo de Jonám; Jonám, hijo de Eliaquím; (Lucas 3, 30)

  • En la Iglesia de Antioquía había profetas y doctores, entre los cuales estaban Bernabé y Simeón, llamado el Negro, Lucio de Cirene, Manahén, amigo de infancia del tetrarca Herodes, y Saulo. (Hechos 13, 1)

  • Pero ellos pidieron un rey y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, por espacio de cuarenta años. (Hechos 13, 21)

  • Entonces me pregunto: ¿Dios habrá rechazado a su Pueblo? ¡Nada de eso! Yo mismo soy israelita, descendiente de Abraham y miembro de la tribu de Benjamín. (Romanos 11, 1)

  • circuncidado al octavo día; de la raza de Israel y de la tribu de Benjamín; hebreo, hijo de hebreos; en cuanto a la Ley, un fariseo; (Filipenses 3, 5)

  • De hecho, Jesús, de quien se dicen estas cosas, pertenecía a una tribu que no era la de Leví, ninguno de cuyos miembros se dedicó al servicio del altar. (Hebreos 7, 13)

  • Porque es sabido que nuestro Señor desciende de Judá, y de esa tribu nunca habló Moisés al referirse a los sacerdotes. (Hebreos 7, 14)


“O Santo Sacrifício da Missa é o sufrágio mais eficaz, que ultrapassa todas as orações, as boas obras e as penitências. Infalivelmente produz seu efeito para vantagem das almas por sua virtude própria e imediata.” São Padre Pio de Pietrelcina