Talált 220 Eredmények: Suelo

  • Conduciré a los ciegos por un camino que ignoran, los guiaré por senderos desconocidos; cambiaré las tinieblas en luz delante de ellos, y el suelo escarpado en una llanura. Estas son las cosas que haré, y no dejaré de hacerlas. (Isaías 42, 16)

  • Porque derramaré agua sobre el suelo sediento y torrentes sobre la tierra seca; derramaré mi espíritu sobre tu descendencia y mi bendición sobre tus vástagos. (Isaías 44, 3)

  • ¡Baja y siéntate en el polvo, virgen, hija de Babilonia! ¡Siéntate en el suelo, sin trono, hija de los caldeos! Porque ya no volverán a llamarte "Delicada" y "Refinada". (Isaías 47, 1)

  • Yo lo pondré en la mano de tus verdugos, de aquellos que te decían: "Doblégate para que pasemos", mientras tú ponías la espalda como un suelo, como una calle para los transeúntes. (Isaías 51, 23)

  • Así retrocede el derecho y se mantiene alejada la justicia, porque la verdad está por el suelo en la plaza y la rectitud no tiene acceso. (Isaías 59, 14)

  • Pisoteé a los pueblos en mi ira, los embriagué en mi furor, hice correr su sangre hasta el suelo. (Isaías 63, 6)

  • Por eso, así habla el Señor: Miren que mi ira y mi furor se van a derramar sobre este lugar, sobre los hombres y los animales, sobre los árboles de los campos y los frutos del suelo: ¡arderá mi furor y no se extinguirá! (Jeremías 7, 20)

  • Los expondrán ante el sol y la luna, y ante todo el Ejército de los cielos, a los que ellos amaron y sirvieron, a los que ellos siguieron y consultaron, y ante los cuales se postraron. Y no serán recogidos ni enterrados, sino que se convertirán en estiércol sobre la superficie del suelo. (Jeremías 8, 2)

  • ¡Recoge del suelo tu equipaje, tú que estás bajo el asedio! (Jeremías 10, 17)

  • Así habla el Señor: A todos mi malos vecinos que tocan la herencia que hice heredar a mi pueblo Israel, yo los voy a arrancar de su suelo, y a la casa de Judá la arrancaré de en medio de ellos. (Jeremías 12, 14)

  • Digan al rey y a la reina madre: Siéntense en el suelo, porque se les ha caído de la cabeza la corona de gloria. (Jeremías 13, 18)

  • Al ver el suelo agrietado, porque no hay lluvia en el país, los campesinos, avergonzados, se agarran la cabeza. (Jeremías 14, 4)


“Não sejamos mesquinhos com Deus que tanto nos enriquece.” São Padre Pio de Pietrelcina