Talált 176 Eredmények: Sión

  • ¿Qué responder a los enviados de esa nación? Que el Señor ha fundado a Sión y que en ella se refugian los pobres de su pueblo. (Isaías 14, 32)

  • Envíen un cordero de parte del soberano del país, desde la Roca, por el desierto, a la montaña de la hija de Sión. (Isaías 16, 1)

  • En aquel tiempo, se llevarán dones al Señor de los ejércitos de parte de un pueblo esbelto y bronceado, de un pueblo temible de cerca y de lejos, de una nación vigorosa y dominadora, cuyo país está surcado de ríos: se llevarán hasta el lugar donde reside el Nombre del Señor de los ejércitos, a la Montaña de Sión. (Isaías 18, 7)

  • La luna se sonrojará y el sol se avergonzará, porque reinará el Señor de los ejércitos sobre el monte Sión y en Jerusalén, y ante sus ancianos resplandecerá la Gloria. (Isaías 24, 23)

  • Por eso, así habla el Señor: Miren que yo pongo una piedra en Sión, una piedra a toda prueba, una piedra angular, escogida, bien cimentada: el que tenga fe no vacilará. (Isaías 28, 16)

  • Como el hambriento sueña que come, y se despierta con el estómago vacío; como el sediento sueña que bebe, y se despierta exhausto, con la garganta seca, así le sucederá al tropel de todas las naciones que atacan a la montaña de Sión. (Isaías 29, 8)

  • Sí, pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, ya no tendrás que llorar: él se apiadará de ti al oír tu clamor; apenas te escuche, te responderá. (Isaías 30, 19)

  • Porque así me ha hablado el Señor: Como gruñe el león o el cachorro de león sobre su presa, cuando se llama contra él a todos los pastores, sin dejarse intimidar por sus gritos ni amedrentarse por el tumulto, así el Señor de los ejércitos bajará a combatir sobre la montaña de Sión y su colina. (Isaías 31, 4)

  • Su roca huirá aterrorizada, y sus jefes, espantados, abandonarán el estandarte. -Oráculo del Señor, que tiene su fuego en Sión y su horno en Jerusalén-. (Isaías 31, 9)

  • El Señor es sublime porque habita en las alturas: él llena a Sión con el derecho y la justicia, (Isaías 33, 5)

  • Están aterrados en Sión los pecadores, un temblor invade a los impíos: "¿Quién de nosotros habitará en un fuego devorador? ¿Quién de nosotros habitará en una hoguera eterna?". (Isaías 33, 14)

  • Mira a Sión, la ciudad de nuestras fiestas, que tus ojos vean a Jerusalén, morada tranquila, carpa que no será desplazada, cuyas estacas no serán arrancadas y cuyas cuerdas no se romperán. (Isaías 33, 20)


A humildade e a caridade são as “cordas mestras”. Todas as outras virtudes dependem delas. Uma é a mais baixa; a outra é a mais alta. ( P.e Pio ) São Padre Pio de Pietrelcina