Talált 182 Eredmények: Servicio del Tabernáculo
¡Y bendito sea el Señor, tu Dios, que te ha mostrado su favor, poniéndote sobre su trono como rey, al servicio del Señor, tu Dios! ¡Sí, por su amor a Israel, y a fin de hacerlo subsistir para siempre, tu Dios te ha puesto como rey al frente de ellos, para que ejercieras el derecho y la justicia!". (II Crónicas 9, 8)
Estos eran los que estaban al servicio del rey, sin contar los que él había apostado en las ciudades fortificadas de todo Judá. (II Crónicas 17, 19)
Mientras Jehú hacía justicia con la familia de Ajab, se encontró con los jefes de Judá y con los hijos de los hermanos de Ocozías, que estaban a su servicio, y los mató. (II Crónicas 22, 8)
Ustedes harán lo siguiente: un tercio de ustedes, los sacerdotes y levitas que entran de servicio el día sábado, montarán guardia en las puertas; (II Crónicas 23, 4)
Que nadie entre en la Casa del Señor, fuera de los sacerdotes y levitas que estén de servicio. Ellos podrán entrar, porque están consagrados. Pero todo el pueblo observará las prescripciones del Señor. (II Crónicas 23, 6)
Los levitas y todo Judá ejecutaron exactamente lo que les había ordenado el sacerdote Iehoiadá. Cada uno de ellos tomó a sus hombres -los que entraban de servicio y los que eran relevados el día sábado- porque el sacerdote Iehoiadá no había exceptuado a ninguna de las clases. (II Crónicas 23, 8)
Ezequías habló cordialmente a todos los levitas que se habían aplicado con tanto acierto al servicio del Señor. Y así continuaron la solemnidad durante siete días, ofreciendo los sacrificios de comunión y alabando al Señor, el Dios de sus padres. (II Crónicas 30, 22)
Ezequías restableció las clases de los sacerdotes y levitas, clase por clase, cada una según su servicio sacerdotal o levítico, para ofrecer los holocaustos y los sacrificios de comunión, para servir al culto y cantar alabanzas e himnos en las puertas del campamento del Señor. (II Crónicas 31, 2)
Esa inscripción valía para toda la familia -para sus mujeres, sus hijos e hijas- es decir, para toda la asamblea, porque estaban consagrados fielmente al servicio de las cosas santas. (II Crónicas 31, 18)
En todas las obras que emprendió por el servicio de la Casa de Dios, por la Ley y los mandamientos, obró buscando a Dios de todo corazón, y tuvo éxito. (II Crónicas 31, 21)
Restableció a los sacerdotes en sus funciones y los animó a dedicarse enteramente al servicio de la Casa del Señor. (II Crónicas 35, 2)
Una vez organizado el servicio, los sacerdotes ocuparon sus puestos, lo mismo que los levitas, según sus clases, conforme a la orden del rey. (II Crónicas 35, 10)