Talált 64 Eredmények: Pecho
El niño de pecho jugará sobre el agujero de la cobra, y en la cueva de la víbora meterá la mano el niño apenas destetado. (Isaías 11, 8)
"¿A quién pretende instruir y hacerle comprender lo que él oye? ¿A niños recién destetados, que acaban de dejar el pecho? (Isaías 28, 9)
Como un pastor, él apacienta su rebaño, lo reúne con su brazo; lleva sobre su pecho a los corderos y guía con cuidado a las que han dado a luz. (Isaías 40, 11)
Mamarás la leche de las naciones, mamarás del pecho de los reyes, y sabrás que yo, el Señor, soy tu salvador, y que tu redentor es el Fuerte de Jacob. (Isaías 60, 16)
Pero todo eso está escrito ante mí, y no me quedaré callado, sino que les daré su merecido y se lo pondré en su propio pecho, (Isaías 65, 6)
por sus culpas y las culpas de sus padres, por todas juntas, dice el Señor. Porque ellos quemaron incienso en las montañas y me ultrajaron sobre las colinas, yo les mediré su retribución y la pondré en su propio pecho. (Isaías 65, 7)
Porque así habla el Señor: Yo haré correr hacia ella la paz como un río, y la riqueza de las naciones como un torrente que se desborda. Sus niños de pecho serán llevados en brazos y acariciados sobre las rodillas. (Isaías 66, 12)
la han convertido en una desolación, está de duelo, desolada delante de mí; todo el país está devastado, sin que nadie se lo tome a pecho. (Jeremías 12, 11)
A los profetas: Se me parte el corazón en el pecho, se aflojan todos mis huesos; soy como un hombre borracho, como un hombre vencido por el vino, a causa del Señor y a causa de sus santas palabras. (Jeremías 23, 9)
Sí, después de apartarme, me arrepentí, y al darme cuenta, me he golpeado el pecho. Estoy avergonzado y confundido, porque cargo con el oprobio de mi juventud". (Jeremías 31, 19)
Tú das prueba de fidelidad a millares, y retribuyes la iniquidad de los padres en el pecho de sus hijos después de ellos. ¡Dios grande y fuerte, cuyo nombre es Señor de los ejércitos, (Jeremías 32, 18)
¡Grita, laméntate, hijo de hombre, porque ella se alza contra mi pueblo, contra todos los príncipes de Israel, entregados a la espada junto con mi pueblo! Por eso, golpéate el pecho, (Ezequiel 21, 17)