Talált 11 Eredmények: Estaca

  • También llevarás una estaca en tu equipaje, y cuando salgas afuera para hacer tus necesidades, cavarás un hoyo con la estaca y luego lo volverás a tapar para cubrir tus excrementos. (Deuteronomio 23, 14)

  • Pero Jael, la esposa de Jéber, sacó una estaca de la carpa, tomó en su mano un martillo y, acercándose a él sigilosamente, le clavó la estaca en la sien, hasta hundirla en la tierra. Sísara estaba profundamente dormido, agotado por el cansancio. Cuando ya estaba muerto, (Jueces 4, 21)

  • llegó Barac, que venía persiguiendo a Sísara. Jael le salió al encuentro y le dijo: "Ven y te mostraré al hombre que buscas". Él entró junto con ella, y vio a Sísara que yacía muerto, con la estaca clavada en la sien. (Jueces 4, 22)

  • Extendió su mano hacia la estaca, y su derecha, hacia el martillo de los trabajadores; martilló a Sísara, le partió la cabeza, le machacó y le atravesó la sien. (Jueces 5, 26)

  • ¿No se les arranca la estaca de su carpa, y mueren por falta de sabiduría? (Job 4, 21)

  • busca albergue cerca de su casa y clava una estaca en sus muros; (Eclesiástico 14, 24)

  • Ella abre la boca como un viajero sediento y bebe toda el agua que se le ofrece; se sienta ante cualquier estaca y abre su aljaba a todas las flechas. (Eclesiástico 26, 12)

  • Entre la juntura de las piedras se clava la estaca, y entre la compra y la venta se desliza el pecado. (Eclesiástico 27, 2)

  • Lo clavaré como una estaca en un sitio firme, y será un trono de gloria para la casa de su padre. (Isaías 22, 23)

  • Aquel día -oráculo del Señor de los ejércitos- cederá la estaca clavada en un sitio firme, se quebrará, caerá, y la carga que estaba sobre ella será destruida, porque ha hablado el Señor. (Isaías 22, 25)

  • De él saldrá la Piedra angular, de él la Estaca, de él el arco de guerra, de él todos los jefes. Todos juntos (Zacarías 10, 4)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina