Talált 10 Eredmények: Cabecera

  • Pero su padre insistió: "Júramelo". Él se lo juró, e Israel se reclinó sobre la cabecera de su lecho. (Génesis 47, 31)

  • Samuel llevó consigo a Saúl y a su servidor, los hizo entrar en la sala y les asignó un puesto especial, a la cabecera de los invitados, que eran unos treinta. (I Samuel 9, 22)

  • Luego, Mical tomó el ídolo familiar y lo colocó sobre la cama; puso en la cabecera un cuero de cabra y lo cubrió con una manta. (I Samuel 19, 13)

  • Pero cuando los emisarios entraron, no encontraron en la cama más que el ídolo, con el cuero de cabra en la cabecera. (I Samuel 19, 16)

  • David y Abisai llegaron de noche, mientras Saúl estaba acostado, durmiendo en el centro del campamento. Su lanza estaba clavada en tierra, a su cabecera, y Abner y la tropa estaban acostados alrededor de él. (I Samuel 26, 7)

  • ¡Líbreme el Señor de atentar contra su ungido! Ahora toma la lanza que está a su cabecera y el jarro de agua, y vámonos". (I Samuel 26, 11)

  • David tomó la lanza y el jarro de agua que estaban a la cabecera de Saúl, y se fueron. Nadie vio ni se dio cuenta de nada, ni se despertó nadie, porque estaban todos dormidos: un profundo sueño, enviado por el Señor, había caído sobre ellos. (I Samuel 26, 12)

  • ¡No te has comportado nada bien! ¡Por la vida del Señor, ustedes merecen la muerte, porque no han custodiado a su señor, el ungido del Señor! ¡Fíjate ahora dónde está la lanza del rey y el jarro de agua que él tenía a su cabecera!". (I Samuel 26, 16)

  • Él miró y vio que había a su cabecera una galleta cocida sobre piedras calientes y un jarro de agua. Comió, bebió y se acostó de nuevo. (I Reyes 19, 6)

  • y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. (Juan 20, 12)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina