Talált 316 Eredmények: tribu de Isacar

  • A él y a Oholiab, hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan, Yavé les ha infundido el don de enseñar. (Exodo 35, 34)

  • Bezaleel, hijo de Urí, hijo de Jur, de la tribu de Judá, hizo todo cuanto Yavé había mandado a Moisés, (Exodo 38, 22)

  • juntamente con Oholiab, hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan, que era artesano, bordador en púrpura, violeta y escarlata, en carmesí y lino fino. (Exodo 38, 23)

  • El hijo de la israelita (ella se llamaba Selomit, hija de Dibrí, de la tribu de Gad) blasfemó y maldijo el nombre de Yavé, por lo que lo llevaron ante Moisés. (Levítico 24, 11)

  • Tendrán con ustedes, para que los ayuden, un hombre de cada tribu, jefe de familia. (Números 1, 4)

  • Estos son sus nombres: De la tribu de Rubén: Elisur, hijo de Sedeur. (Números 1, 5)

  • De la de Isacar, Nataneel, hijo de Suar. (Números 1, 8)

  • Estos son los que fueron escogidos en la asamblea; eran jefes en la tribu de su padre y eran los jefes de los clanes de Israel. (Números 1, 16)

  • De la tribu de Rubén, primogénito de Israel, contando los nombres de todos los varones de veinte años para arriba, según sus familias y linajes, (Números 1, 20)

  • De la tribu de Simeón, contando los nombres de todos los varones de veinte años para arriba, según sus linajes y familias; (Números 1, 22)

  • De la tribu de Gad, contando los nombres de todos los varones de veinte años para arriba, según sus familias y linajes, (Números 1, 24)

  • De la tribu de Judá, contando los nombres de todos los varones de veinte años para arriba, según sus linajes y familias, (Números 1, 26)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina