Talált 400 Eredmények: tanto

  • De hecho, no tengo a ningún otro que se preocupe tanto como él por sus problemas. (Carta a los Filipenses 2, 20)

  • En realidad, él los echaba mucho de menos y estaba preocupado al saber que ustedes estaban al tanto de su enfermedad. (Carta a los Filipenses 2, 26)

  • Mientras tanto, sepamos conservar lo que hemos conquistado. (Carta a los Filipenses 3, 16)

  • Nosotros tenemos nuestra patria en el cielo, y de allí esperamos al Salvador que tanto anhelamos, Cristo Jesús, el Señor. (Carta a los Filipenses 3, 20)

  • Por eso, hermanos míos, a quienes tanto quiero y echo de menos, que son mi alegría y mi corona, sigan así firmes en el Señor, amadísimos. (Carta a los Filipenses 4, 1)

  • y gracias a él fuera reconciliado con Dios, porque la sangre de su cruz ha restablecido la paz tanto sobre la tierra como en el mundo de arriba. (Carta a los Colosenses 1, 20)

  • Por tanto, que nadie los venga a criticar por lo que comen o beben, por no respetar fiestas, lunas nuevas o el día sábado. (Carta a los Colosenses 2, 16)

  • Por tanto, hagan morir en ustedes lo que es «terrenal», es decir, libertinaje, impureza, pasión desordenada, malos deseos y el amor al dinero, que es una manera de servir a los ídolos. (Carta a los Colosenses 3, 5)

  • Dios mismo nos ha examinado y nos ha encargado su evangelio, y por tanto nuestra predicación procura agradar, no a los hombres, sino a Dios, que penetra los corazones. (1º Carta a los Tesalonicenses 2, 4)

  • Por lo tanto, hermanos, manténganse firmes y guarden fielmente las tradiciones que les enseñamos de palabra o por carta. (2º Carta a los Tesalonicenses 2, 15)

  • Los ejercicios deportivos no es que sirvan de mucho; la piedad, en cambio, es útil fuera de toda discusión, pues Dios le prometió la vida, tanto la presente como la futura. (1º Carta a Timoteo 4, 8)

  • Mientras tanto los pecadores y los embusteros irán de mal en peor, yendo juntos los engañadores y los engañados. (2º Carta a Timoteo 3, 13)


“A mulher forte é a que tem temor de Deus, a que mesmo à custa de sacrifício faz a vontade de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina