Talált 260 Eredmények: salió
Salió Ananías, entró en la casa y le impuso las manos diciendo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo.» (Hecho de los Apóstoles 9, 17)
Cuando Pedro estaba para entrar, Cornelio le salió al encuentro, se arrodilló y se inclinó ante él. (Hecho de los Apóstoles 10, 25)
Bernabé salió para Tarso en busca de Saulo, (Hecho de los Apóstoles 11, 25)
Pedro salió tras él; no se daba cuenta que lo que estaba ocurriendo con el ángel era realidad, y todo le parecían visiones. (Hecho de los Apóstoles 12, 9)
Les hizo señas con la mano pidiendo silencio, y les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. En seguida les dijo: «Comuniquen esto a Santiago y a los hermanos.» Luego salió y se fue a otro lugar. (Hecho de los Apóstoles 12, 17)
Mientras íbamos un día al lugar de oración, salió a nuestro encuentro una muchacha esclava que estaba poseída por un espíritu adivino. Adivinando la suerte producía mucha plata a sus amos. (Hecho de los Apóstoles 16, 16)
Así fue como Pablo salió de entre ellos. (Hecho de los Apóstoles 17, 33)
Cuando llegó la hora de partir, nos separamos a la fuerza de ellos y nuestro barco salió rumbo a Cos. Al día siguiente llegamos a Rodas, y de allí, a Pátara, (Hecho de los Apóstoles 21, 1)
Llevábamos allí algunos días, cuando nos salió al encuentro un profeta de Judea, llamado Agabo. (Hecho de los Apóstoles 21, 10)
Se sabe que Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, salió al encuentro de Abrahán cuando volvía de derrotar a los reyes; bendijo a Abrahán (Carta a los Hebreos 7, 1)
Pues es notorio que nuestro Señor salió de la tribu de Judá, de la que Moisés no habló cuando trató de los sacerdotes. (Carta a los Hebreos 7, 14)
Por eso mismo también Jesús salió de la ciudad santa para sufrir su pasión y purificar al pueblo con su propia sangre. (Carta a los Hebreos 13, 12)