Talált 127 Eredmények: sabe
¿Quién sabe si será sabio o insensato? Pero él sera quien recogerá el fruto de mis trabajos bajo el sol, en los que empeñé a la vez mi sabiduría y mis preocupaciones: ¡así es como todo se nos escapa! (Eclesiastés (Qohelet) 2, 19)
Más vale un muchacho pobre y con buen criterio que un rey viejo y tonto, que no sabe pedir consejos. (Eclesiastés (Qohelet) 4, 13)
¿En qué aventaja el sabio al tonto? ¿En qué sale ganando el pobre cuando sabe comportarse en la vida? (Eclesiastés (Qohelet) 6, 8)
Todo lo que existe ya ha recibido su nombre, y se sabe lo que es un hombre: no puede discutir con Alguien más poderoso que él. (Eclesiastés (Qohelet) 6, 10)
¿Quién sabe cómo debería vivir el hombre durante sus días contados y frágiles que pasan como sombra? ¿Quién le revelará al hombre lo que pasará bajo el sol después de él? (Eclesiastés (Qohelet) 6, 12)
El que guarda los mandamientos no se meterá en situaciones difíciles. El sabio sabe cuál es la hora y cuáles son los criterios. (Eclesiastés (Qohelet) 8, 5)
Pero el hombre tiene una falla muy grande: nadie sabe lo que le sobrevendrá: ¿quién le dirá lo que sucederá? (Eclesiastés (Qohelet) 8, 7)
Nadie sabe cuándo vendrá su hora: a los hijos de Adán los sorprende la desgracia como al pez que queda preso en la red o como el pájaro sobre el cual cae la trampa. (Eclesiastés (Qohelet) 9, 12)
El tonto se agota pronto: no sabe ni siquiera el camino a la ciudad. (Eclesiastés (Qohelet) 10, 15)
¿Busca alguien vastos conocimientos? La Sabiduría conoce las cosas del pasado y prevé el porvenir; sabe interpretar los discursos y resolver los enigmas, anuncia de antemano las señales de la naturaleza y los prodigios, el fin de las épocas y de los tiempos. (Sabiduría 8, 8)
Junto a ti está esa Sabiduría que conoce todas tus obras, que estaba contigo cuando hacías el mundo, que sabe lo que te agrada y está de acuerdo con tus mandamientos. (Sabiduría 9, 9)
Toma sus precauciones para que no se caiga, pues sabe muy bien que su dios es incapaz de ayudarse a sí mismo: hay que ayudarlo porque no es más que una estatua. (Sabiduría 13, 16)