Talált 117 Eredmények: sábado

  • Entonces el sacerdote le dio el pan sagrado, porque no había allí otro pan. Era el pan que se ofrece y se deja en presencia de Yavé, en su santuario. El sábado anterior lo habían retirado para reemplazarlo por pan caliente. (1 Samuel 21, 7)

  • El preguntó: «¿Por qué vas donde él? No es la luna nueva, ni sábado.» Pero ella dijo: «No te preocupes.» (2 Reyes 4, 23)

  • Luego les dio órdenes: «El tercio de sus hombres que vienen el sábado guardarán la casa del rey, un tercio estará en la Puerta de Fundación, y el último en la puerta de atrás. Harán la guardia sucesivamente. (2 Reyes 11, 5)

  • En cuanto a los que salen de su servicio el día sábado, (2 Reyes 11, 6)

  • Los jefes de los guardias hicieron lo que les dijo el sacerdote Joyada y se presentaron con todos sus hombres, tanto los que salían el día sábado como los que entraban ese día. (2 Reyes 11, 9)

  • Y entre sus hermanos estaban los hijos de Quehatitas, que estaban encargados de poner en fila los panes de cada sábado. (1 Crónicas 9, 32)

  • Esto es lo que tienen que hacer: Un tercio de ustedes, sacerdotes y levitas, los que entran en sábado, se quedarán de porteros en las entradas; (2 Crónicas 23, 4)

  • Los levitas y todo Judá hicieron todo lo que les había mandado el sacerdote Joyadá. Cada uno reunió a sus hombres, tanto los que entraban el sábado como los que salían el sábado; pues el sacerdote Joyadá no exceptuó a ninguna de las secciones. (2 Crónicas 23, 8)

  • Les enseñaste a consagrar a ti el sábado; les ordenaste mandamientos, preceptos y la Ley, por mano de Moisés, tu siervo. (Nehemías 9, 14)

  • Si la gente del país trae en día sábado mercancías o cualquier otra clase de alimentos para vender, nada les compraremos en día sábado, ni en ningún otro día sagrado de fiesta. El año séptimo dejaremos sin cultivar nuestros campos y perdonaremos todo lo que se nos deba. (Nehemías 10, 32)

  • En aquellos días encontré a hombres de Judá que trabajaban en el lagar el día sábado. Otros traían haces de trigo y los cargaban sobre sus burros. Igualmente cargaban vino, uvas, higos y toda clase de productos que hacían entrar en Jerusalén el día sábado. Yo los fui a reprender mientras vendían sus mercaderías. (Nehemías 13, 15)

  • Algunos tirios se habían establecido en Jerusalén. Entraban pescado y mercaderías de toda clase para vender a los judíos el día sábado. (Nehemías 13, 16)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina