Talált 472 Eredmények: primer templo

  • El primer día de la semana estábamos reunidos para la fracción del pan, y Pablo, que debía irse al día siguiente, comenzó a conversar con ellos. Pero su discurso se alargó hasta la medianoche. (Hecho de los Apóstoles 20, 7)

  • Cuando ya estuvieron a su lado, les dijo: «Ustedes han sido testigos de mi forma de actuar durante todo el tiempo que he pasado entre ustedes, desde el primer día que llegué a Asia. (Hecho de los Apóstoles 20, 18)

  • Pablo, pues, apadrinó a aquellos hombres. Al día siguiente se purificó con ellos y entró en el Templo para notificar qué día concluiría su tiempo de purificación y se ofrecería el sacrificio por cada uno de ellos. (Hecho de los Apóstoles 21, 26)

  • Estaban para cumplirse los siete días, cuando unos judíos de Asia vieron a Pablo en el Templo y empezaron a alborotar a la gente. Agarraron a Pablo (Hecho de los Apóstoles 21, 27)

  • y gritaron: «¡Israelitas, ayúdennos! Este es el hombre que por todas partes predica a todos en contra de nuestro pueblo, de la Ley y de este Lugar Santo. Y ahora incluso ha introducido a unos griegos dentro del Templo, profanando este Lugar Santo.» (Hecho de los Apóstoles 21, 28)

  • Decían esto porque poco antes habían visto a Pablo en la ciudad acompañado de Trófimo, natural de Efeso, y pensaron que Pablo lo había llevado al Templo. (Hecho de los Apóstoles 21, 29)

  • La ciudad entera se alborotó. Concurrió la gente de todas partes, y tomando a Pablo, lo arrastraron hacia la salida del Templo; cerraron inmediatamente las puertas. (Hecho de los Apóstoles 21, 30)

  • Después de regresar a Jerusalén, mientras un día me encontraba orando en el Templo, tuve un éxtasis. (Hecho de los Apóstoles 22, 17)

  • Incluso intentaba profanar el Templo cuando lo tomamos preso. Queríamos juzgarlo según nuestra Ley, (Hecho de los Apóstoles 24, 6)

  • y que nadie me sorprendió discutiendo en el Templo o alborotando a la gente ni en las sinagogas ni en la ciudad; (Hecho de los Apóstoles 24, 12)

  • Y esta es la razón por la que me encontraron en el Templo. Me había purificado según la Ley, y no había aglomeración de gente ni tumulto. (Hecho de los Apóstoles 24, 18)

  • Pablo se defendió diciendo: «Yo no he cometido ninguna falta contra la Ley de los judíos, ni contra el Templo, ni contra el César.» (Hecho de los Apóstoles 25, 8)


“Agradeça sempre ao Pai eterno por sua infinita misericórdia”. São Padre Pio de Pietrelcina