Talált 389 Eredmények: piedras grandes

  • Cuando hayas pasado el Jordán, levantarás estas piedras en el monte Ebal, como hoy te mando, y las blanquearás con cal. (Deuteronomio 27, 4)

  • Levántarás allí en honor de Yavé un altar de piedras, sin labrarlas con hierro. (Deuteronomio 27, 5)

  • Con piedras sin labrar harás el altar de Yavé y sobre este altar ofrecerás holocaustos a Yavé, tu Dios. (Deuteronomio 27, 6)

  • Escribirás en estas piedras todas las palabras de esta Ley. Déjalas bien grabadas.» (Deuteronomio 27, 8)

  • él te castigará, a ti y a tus descendientes, con plagas asombrosas, plagas grandes y duraderas, enfermedades malignas e incurables. (Deuteronomio 28, 59)

  • aquellas grandes plagas que ustedes mismos presenciaron, aquellos prodigios y señales. (Deuteronomio 29, 2)

  • Saquen doce piedras del lecho del Jordán, del mismo lugar donde estuvieron parados los sacerdotes. Llévenselas y colóquenlas en el lugar donde acamparán esta noche.» (Josué 4, 3)

  • Ellas permanecerán entre ustedes como una señal de esta hazaña, pues cuando sus hijos les pregunten en el futuro qué significan para ustedes estas piedras, ustedes podrán responder: (Josué 4, 6)

  • Cuando el Arca de Yavé iba atravesando el Jordán, las aguas se dividieron ante ella. Así estas piedras servirán de memorial a los israelitas para siempre.» (Josué 4, 7)

  • Los israelitas cumplieron la orden de Josué y retiraron del lecho del Jordán doce piedras, tal como Yavé le había ordenado a Josué, una por cada tribu. Se las llevaron hacia el lugar donde acamparon y allí las depositaron. (Josué 4, 8)

  • Josué amontonó doce piedras en el lecho del Jordán, en el lugar donde permanecieron de pie los sacerdotes portadores del Arca de la Alianza. Allí quedaron hasta el día de hoy. (Josué 4, 9)

  • Allí, en Guilgal, Josué colocó las doce piedras que habían tomado en el cauce del Jordán, cuando lo atravesaron. (Josué 4, 20)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina