Talált 21 Eredmények: piden

  • Si aceptamos, sus rebaños, sus posesiones, sus animales y todo lo que tienen, será de nosotros. Hagamos, pues, lo que nos piden y que vivan entre nosotros.» (Génesis 34, 23)

  • No nos dan paja y nos piden ladrillos. Los tuyos no tienen por qué azotarnos.» (Exodo 5, 16)

  • El respondió: «¡Flojos y más que flojos! Por esa razón me piden ir a sacrificar a Yavé. (Exodo 5, 17)

  • Llévense sus rebaños de ovejas y vacunos, como ustedes piden. ¡Salgan, pero denme la bendición!» (Exodo 12, 32)

  • Jefté respondió a los dirigentes de Galaad: «Son ustedes quienes me piden volver para combatir a los amonitas. Pues bien, si Yavé me da la victoria, yo seré el jefe de todos ustedes.» (Jueces 11, 9)

  • En la ciudad gimen los moribundos, y los heridos piden socorro, pero Dios no atiende a sus súplicas. (Job 24, 12)

  • Mientras no hayan recibido, besarán las manos del pròjimo, se harán los humildes pensando en lo que él tiene; pero en el momento de la devoluciòn le piden una pròrroga, o le pagan con palabras hirientes, o se quejan de la mala situación. (Sirácides (Eclesiástico) 29, 5)

  • Habla, tú que eres joven, si te lo piden, pero no más de dos veces, y sólo para responder. (Sirácides (Eclesiástico) 32, 7)

  • El profeta Jeremías les contestó: «De acuerdo, ahora mismo me pondré a rogar a Yavé, su Dios, por lo que ustedes me piden. Y cualquiera que sea la respuesta de Yavé, su Dios, yo se la comunicaré a ustedes sin ocultarles nada.» (Jeremías 42, 4)

  • La lengua del niño de pecho se pega de sed al paladar; los niños piden pan, pero no hay quien lo reparta. (Lamentaciones 4, 4)

  • Así es como ustedes piden a Dios sus favores. Pero, ¿creen ustedes que los atenderá? (Malaquías 1, 9)

  • Estoy para enviar a mi mensajero, al que despejará el camino delante de mí; pues pronto entrará en su santuario el Señor que ustedes piden. Fíjense que ya llega el mensajero de la Alianza que ustedes tanto desean, dice Yavé de los ejércitos. (Malaquías 3, 1)


“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina