Talált 14 Eredmények: notables
Nabucodonosor llevó al destierro a todos los jefes y notables, herreros, cerrajeros, a todos los hombres de valor y aptos para la guerra. Un total de diez mil fueron desterrados a Babilonia. Solamente quedó la parte más pobre de la población. (2 Reyes 24, 14)
Después encabezó a los jefes de cien, a los notables, a los dirigentes del pueblo y a toda la población del país; y haciendo bajar al rey de la Casa de Yavé, entraron por la puerta superior en la casa del rey y lo sentaron en el trono del reino. (2 Crónicas 23, 20)
Luego regresé a la casa. Los consejeros no supieron dónde había ido ni lo que había hecho. Hasta este momento no les había dicho nada a los judíos, ni a los consejeros, ni a los sacerdotes, ni a los notables, ni a ninguno de los que tenían un cargo público. (Nehemías 2, 16)
Al lado de éstos trabajaron los habitantes de Tecoa, pero sus notables no quisieron cooperar en la empresa en servicio de su Señor. (Nehemías 3, 5)
Tenían miedo, pero me levanté y dije a los notables, a los consejeros y al resto del pueblo: «Acuérdense del Señor, grande y formidable, y peleen por sus hermanos, hijos e hijas, por sus mujeres y sus casas.» (Nehemías 4, 8)
Les dije a los notables, a los consejeros y al resto del pueblo: «Los trabajos tienen mucha extensión y nosotros estamos repartidos a lo largo de la muralla, lejos uno de otro, (Nehemías 4, 13)
Después de reflexionar, llamé la atención a los notables y a los consejeros, diciéndoles: «¿Por qué ustedes no tienen lástima de sus hermanos?» Debido a eso reuní una gran asamblea (Nehemías 5, 7)
los notables interrumpían su conversación y ponían la mano en su boca. (Job 29, 9)
para atar con cadenas a sus reyes y con grillos de hierro a sus notables, (Salmos 149, 8)
Báquides partió de Jerusalén y acampó en Bezeta. Desde allí, mandó a arrestar a varios notables que se habían pasado a él igual que algunos del pueblo, los hizo degollar y los arrojó a un pozo profundo. (1 Macabeos 7, 19)
El pobre, si es un sabio, lleva la frente en alto; se sienta entre los notables. (Sirácides (Eclesiástico) 11, 1)
En ese momento recobré la razón; recuperé mi trono y empecé nuevamente a gobernar, para gloria de mi reino. Mis consejeros y mis notables me reclamaron, me restablecieron en mi reino y se me dio un poder mayor todavía (Daniel 4, 33)