Talált 207 Eredmények: muerto

  • El burro primerizo lo rescatarás con un corderito; en caso de no ser rescatado, será muerto. Rescatarás el primero de tus hijos. No te presentarás ante mí con las manos vacías. (Exodo 34, 20)

  • La grasa de animal muerto o destrozado podrá servir para cualquier uso, pero no la comerán. (Levítico 7, 24)

  • Toda persona nacida en el país, o todo forastero que haya comido carne de animal muerto o destrozado deberá lavar sus vestidos y bañarse en agua, y quedará impuro hasta la tarde; después será puro. (Levítico 17, 15)

  • Yavé dijo a Moisés: «Habla a los sacerdotes, hijos de Aarón, y diles: Que ninguno de ustedes se haga impuro por un muerto (Levítico 21, 1)

  • No se hará impuro por haberse acercado a un muerto, aun por un padre o una madre. (Levítico 21, 11)

  • No comerán animal muerto o destrozado, pues con él se harían impuros: ¡yo soy Yavé! (Levítico 22, 8)

  • Por esto ningún ser humano consagrado como anatema será rescatado: será muerto. (Levítico 27, 29)

  • Al este, frente a la Morada, delante de la Tienda de las Citas hacia oriente, acampaban Moisés y Aarón con sus hijos, que estaban en cargados del Santuario en nombre de los hijos de Israel. Cualquier laico que se acercara, sería muerto. (Números 3, 38)

  • «Manda a los hijos de Israel que echen del campamento a todos los leprosos, a los que están impuros por flujo seminal y a todos los están impuros por haber tocado algún muerto. (Números 5, 2)

  • El sacerdote ofrecerá uno en sacrificio por el pecado y el otro en holocausto; así expiará por aquel hombre la impureza contraída a causa del muerto. Consagrará de nuevo su cabeza el mismo día: (Números 6, 11)

  • Los que murieron víctimas del castigo llegaron a la cifra de catorce mil setecientos, sin contar a los que habían muerto por culpa de Coré. (Números 17, 14)

  • El que toque a un muerto, a cualquier cadáver humano, quedará impuro durante siete días. (Números 19, 11)


“Façamos o bem, enquanto temos tempo à nossa disposição. Assim, daremos glória ao nosso Pai celeste, santificaremos nós mesmos e daremos bom exemplo aos outros.” São Padre Pio de Pietrelcina