Talált 199 Eredmények: monte Hermón

  • Ahora bien, manda que se reúnan conmigo en el monte Carmelo todos los israelitas y los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal a quienes mantiene Jezabel.» (1 Reyes 18, 19)

  • Ajab avisó a todo el pueblo de Israel y reunió a todos los profetas de Baal en el monte Carmelo. (1 Reyes 18, 20)

  • Subió Ajab a comer y beber, mientras que Elías subía a la cumbre del monte Carmelo, donde se postró con el rostro entre las rodillas. (1 Reyes 18, 42)

  • Entonces se le dijo: «Sal fuera y permanece en el monte esperando a Yavé, pues Yavé va a pasar.» Vino primero un huracán tan violento que hendía los cerros y quebraba las rocas delante de Yavé. Pero Yavé no estaba en el huracán. (1 Reyes 19, 11)

  • De allí Eliseo partió para el monte Carmelo, y regresó a Samaria. (2 Reyes 2, 25)

  • Llegó al monte Carmelo, donde el hombre de Dios. Eliseo la vio de lejos y dijo a su muchacho: «Ahí viene nuestra sunamita. (2 Reyes 4, 25)

  • Porque saldrá un resto del pueblo de Jerusalén, y supervivientes del monte Sión; el celo amoroso de Yavé de los Ejércitos lo hará. » (2 Reyes 19, 31)

  • El rey destruyó los santuarios que estaban en las lomas frente a Jerusalén, al sur del monte de los Olivos. Salomón, rey de Israel, los había construido para Astarté, ídolo de los sidonios, para Camos, ídolo de Moab, y para Milcom, ídolo de los amonitas. (2 Reyes 23, 13)

  • Los hijos de la media tribu de Manasés habitaron en el país desde Basán hasta Baal-Hermón, Senir y la montaña de Hermón. (1 Crónicas 5, 23)

  • Los filisteos pelearon contra Israel; huyeron los hombres de Israel ante los filisteos, y cayeron heridos de muerte en el monte Gelboé. (1 Crónicas 10, 1)

  • Al otro día vinieron los filisteos para despojar a los muertos,y encontraron a Saúl y a sus hijos caídos en el monte Gelboé. (1 Crónicas 10, 8)

  • Salomón alistó setenta mil hombres para transportar cargas, ochenta mil canteros en el monte y tres mil seiscientos capataces para ellos. (2 Crónicas 2, 1)


“Nossa Senhora está sempre pronta a nos socorrer, mas por acaso o mundo a escuta e se emenda?” São Padre Pio de Pietrelcina